La escasez de gas licuado en Santiago de Cuba, que genera grandes colas, frustración y molestias en medio de un contexto totalmente adverso en el país, fue justificada recientemente con un déficit de cilindros (balitas) por directivos del sector.

“La principal dificultad en la distribución del gas licuado hoy, es que presentamos un déficit importante de cilindros, situación crítica solo en el municipio cabecera, justamente por la alta demanda y elevado número de puntos existentes”, dijo Lisette González Sardina, directora de la división territorial de comercialización de combustibles Santiago de Cuba.

Un reporte del periódico oficialista local Sierra Maestra se pregunta por qué faltan balas si, por cada una que sale, debe entrar otra de repuesto. “Hay un grupo de balitas que son entregadas por la reparadora de Matanzas, encargada de reparar y fabricar balas nuevas, pero su nivel de producción depende de la materia prima que entre al país”, explicó José Manuel Jústiz Madrigal, jefe de área de gas licuado.

“El otro grupo son importados”, dijo y seguidamente culpó al embargo de Washington contra el régimen de La Habana por las dificultades a la hora de adquirir los medios desde el exterior.

“Es importante conocer que los vacíos tienen un período de rotación de 10 años, además se realiza periódicamente una revisión y supervisión de su estado técnico, y cuando no cumplen con las normas establecidas se sacan de circulación inmediatamente”, señaló.

Debido a la situación, decidieron extender los ciclos a 15 días y solo se están surtiendo los puntos con la cobertura diaria. En promedio se están entregando unos 120 cilindros para la distribución, sin embargo, en condiciones normales se establece una cifra superior a los 200, apunta el referido medio.

“Hasta el momento se ha establecido que sean 3 colas: una para amas de casas y domicilios acreditados, otra para los priorizados (embarazadas, discapacitados y donantes), y la última para los clientes que compran por las plataformas electrónicas Transfermovil y EnZona”, detalló.

“Las colas, recalcó Manuel Jústiz, es responsabilidad de nosotros como entidad. Es una obligación del jefe de punto y el ayudante tener organizado el proceso, para evitar mayores molestias a los clientes”, dijo.

El reporte subraya otros problemas en la distribución, como personas que se dedican a vender turnos de la cola, domicilios no acreditados que compran más de dos cilindros, discapacitados y embarazadas que adquieren el gas de libretas a las que no pertenecen. En estos momentos, lo establecido es que solo se pueda adquirir una bala por cliente, mientras que los cuentapropistas que desarrollan esta actividad legalmente tienen derecho a comprar cinco cilindros.

En el mercado negro, un cilindro alcanza un valor de hasta 5000 pesos, expone el rotativo. El salario mínimo en el país es de 2100 pesos luego de que el gobierno implementara la llamada Tarea Ordenamiento, una medida que generó de inmediato una rápida inflación de la economía. En diversas localidades del país se ha denunciado además un aumento de robo de cilindros de gas licuado.

“Se pretende la importación para el país en este año de 100 000 cilindros nuevos de gas licuado, así como la compra de materia prima para ensamblar en Cuba 200 000, estos aparejado a los 68 000 que deben repararse por la industria nacional, permitirán aliviar considerablemente la situación existente en la nación y por consiguiente en la provincia”, declaró González Sardina.

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