La Embajada de Estados Unidos en Cuba volvió a pronunciarse con firmeza contra el discurso oficial del régimen de La Habana, que insiste en culpar al embargo estadounidense de todos los males que sufre el pueblo cubano. En una serie de mensajes publicados en sus redes sociales, la sede diplomática acusó directamente al gobierno cubano y a sus conglomerados militares de ser los verdaderos responsables del desastre económico y social que atraviesa la nación.

“Los conglomerados militares del régimen controlan la economía de Cuba: GAESA, CIMEX y FINCIMEX. Estas no son empresas, son mecanismos de represión”, señaló la Embajada, refiriéndose al grupo empresarial controlado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias que maneja la mayor parte del comercio, el turismo y las finanzas del país. “La dictadura crea negocios a través de sus conglomerados militares y mantiene los ingresos solo para su campaña de represión contra el pueblo cubano. Cada dólar gastado a través de ellos sostiene su poder ilegítimo”, añadió el comunicado.

Las declaraciones de la Embajada desmontan nuevamente el discurso del régimen, que atribuye la crisis actual al embargo económico de Estados Unidos. Sin embargo, la realidad que se vive en las calles de Cuba refleja otra verdad: un país atrapado en el control absoluto del Estado, sin libertades económicas, con corrupción generalizada y una represión que ahoga cualquier intento de cambio.

“La élite del régimen guarda miles de millones en cuentas secretas mientras las familias cubanas enfrentan escasez de alimentos, agua y electricidad. Eso no es un bloqueo, es un régimen corrupto que roba a su propio pueblo”, afirmó la sede diplomática, señalando que la miseria de los cubanos es consecuencia directa de las decisiones del poder, no de sanciones extranjeras.

Los mensajes también advirtieron que “los países no deberían ser cómplices de la corrupción del régimen. El silencio y la indiferencia son complicidad”, en clara referencia a los gobiernos y empresas que continúan haciendo negocios con los conglomerados militares del castrismo, contribuyendo a sostener su estructura de poder.

En su pronunciamiento, la Embajada de EE. UU. subrayó que los militares y el aparato de inteligencia son el verdadero sistema de control del régimen, responsables de negar al pueblo cubano la oportunidad de prosperar. Mientras tanto, los cubanos padecen el colapso de los servicios públicos, la falta de alimentos y medicamentos, y la represión contra quienes se atreven a protestar.

Con esta nueva declaración, Washington refuerza su postura de apoyo al pueblo cubano frente a su gobierno, dejando claro que la crisis humanitaria de la isla no es consecuencia de sanciones externas, sino del modelo totalitario y del control económico militar que impide cualquier desarrollo.

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