Una tragedia aérea ha sacudido a India y al mundo. El vuelo 171 de Air India, que despegó esta mañana desde el aeropuerto internacional de Nueva Delhi con destino a Londres, se estrelló poco después del despegue en las afueras de la ciudad de Jaipur, en el estado de Rajastán. Las autoridades han confirmado que 188 personas murieron en el accidente y solo una sobrevivió con heridas graves. La noticia ha causado una ola de conmoción internacional, especialmente por la historia de una familia que viajaba rumbo a una nueva vida: la de Pratik Joshi, su esposa Komi Vyas y sus tres hijos.

Pratik Joshi, ingeniero en software de 36 años, llevaba seis años viviendo en Londres. Su meta era reunir allí a su esposa, la doctora Komi Vyas, y a sus tres hijos, quienes aún vivían en India. Después de largos años de esfuerzo, papeles y sacrificios, por fin habían logrado obtener todos los permisos necesarios. Komi renunció hace apenas dos días a su puesto como médica en un hospital de Udaipur, y la familia estaba lista para comenzar un nuevo capítulo.

"La última imagen que enviaron fue una selfie tomada dentro del avión. Sonreían, emocionados por el futuro que los esperaba. Era la culminación de un sueño largamente acariciado", señala un familiar.

El vuelo despegó sin contratiempos, pero minutos después, según el informe preliminar de la Dirección General de Aviación Civil de India (DGCA), una falla en uno de los motores provocó una pérdida de control. La aeronave cayó estrepitosamente en una zona rural cerca de Jaipur, envuelta en llamas. Los equipos de rescate llegaron al lugar, pero la magnitud del impacto dejó pocas esperanzas.

La historia de Pratik y su familia no solo es trágica, es simbólica. Representa la lucha silenciosa de miles de migrantes que persiguen una vida mejor, enfrentando barreras burocráticas y sacrificios enormes. Hoy, ese sueño se vio truncado de forma irreversible.

Las redes sociales se llenan de mensajes de solidaridad y la comunidad india en Londres ha convocado vigilias en memoria de la familia. La investigación continúa mientras el mundo lamenta otra tragedia aérea que deja más preguntas que respuestas.

Según las fuentes oficiales y los informes periodísticos más recientes: de las 242 personas a bordo (230 pasajeros y 12 tripulantes) fallecieron hasta ahora 241. Solo un pasajero sobrevivió, el británico de origen indio Vishwash Kumar Ramesh.

Además, el accidente cobró al menos 28 víctimas adicionales en tierra, en un bloque de alojamiento perteneciente a estudiantes de medicina, elevando el total preliminar de fallecidos a aproximadamente 269 personas.

Este trágico accidente representa la mayor pérdida de vidas en un solo avión en India desde la colisión de Charkhi Dadri en 1996. Las autoridades siguen evaluando las cifras exactas y realizando pruebas forenses adicionales.

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