Yosbel

O'farrill Carrera es uno de los emigrantes cubanos que México repatrió a la

Isla. Desde ese momento, su vida no ha sido para nada sencilla.

Según relata a la prensa independiente, ese se convirtió en el final de un viaje que lo llevó a permanecer 18 meses en Trinidad y Tobago, y someterse a peligros en

Venezuela, además de atravesar la selva del Darién.

Tal y como relató a Diario de Cuba, en México sufrieron detenciones y robos por parte de la Guardia Federal. “Pagaron un soborno de 200 dólares para conseguir amparo del Instituto Nacional de Migración; sin embargo, poco después elementos de la Policía Federal los atracaron y les rompieron los documentos”.

 A pesar de que denunció el caso, nada sucedió y, en la madrugada del 25 de mayo de 2019, fue deportado a Cuba.

"Un funcionario de INM nos dijo que nos habíamos convertido en una papa caliente para la Policía Federal por nuestras denuncias, ya que estas contaban con numero de placa de la patrulla y descripción exacta de los policías", dijo

Yosbel O'farrill Carrera.

Ya lleva ocho meses en la Isla, “asediado por la Seguridad del Estado y la Policía cubanas”.

"Me costó 100 dólares. Si la situación hoy es difícil, se podrá imaginar lo que fue vivir sin contar con la nacionalidad en el país que naciste", dijo Yosbel, tras recuperar su documento de identidad y su libreta de racionamiento hace dos meses.

"Hoy tengo derecho a la cuota de la libreta, pero estoy fichado por las autoridades, no me dan trabajo en ningún lado y la Policía me respira en la nuca como si fuera un delincuente. Mi único delito es no estar de acuerdo con el régimen", asegura.

Él pretende

"tramitar de nuevo el pasaporte, acudir a la ayuda de familiares en el exterior y vender lo que pueda", para volver a irse de la Isla. "Otra opción son los garroteros", dice.

"Son prestamistas que te facilitan dinero a altos intereses, pero con una prenda, ya sea un fiador en el exterior o una prenda en Cuba", señala.

"Hay familias que se han quedado sin un dólar en medio del camino y sus padres han puesto como prenda la vivienda en Cuba, muchos la han perdido. No quiero profundizar más en ese tema", refiere.

"Si vivir para el cubano común es difícil, se podrá imaginar cómo es para un repatriado. A pesar de los peligros y de la xenofobia, al menos hay una esperanza al emigrar. Acá todo es oscuridad para mí", dijo.

"El futuro de mi familia y el mío está más que negado en Cuba", lamentó

Yosbel.

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