El Cerro, la llave abierta de las epidemias que el Gobierno ignora
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 27 de octubre de 2025
El barrio capitalino de El Cerro se ha convertido en el epicentro de una grave crisis sanitaria que, lejos de mejorar, empeora con cada lluvia. Vecinos de la zona, específicamente en Arzobispo entre Calzada del Cerro y Zanja Real, denuncian que las aguas albañales estancadas, mezcladas con la lluvia, han formado lagunas pestilentes que amenazan la salud de cientos de familias.

Según reportes enviados a LaTijera, las autoridades locales y funcionarios de Planificación Física visitaron el lugar hace más de cinco meses, prometiendo una intervención inmediata que nunca llegó.
Desde entonces, la comunidad ha visto cómo el problema crece mientras el Estado guarda silencio.
“Esto es un criadero de mosquitos y enfermedades. Aquí hay niños y ancianos que viven con fiebre todos los días”, relata uno de los vecinos afectados.
Las imágenes recibidas muestran calles convertidas en charcos permanentes, alcantarillas colapsadas y montones de basura flotando sobre el agua contaminada.

En las últimas semanas, los casos de Dengue, Oropouche y Chikungunya han aumentado drásticamente, según testimonios de médicos de familia y residentes del área. Sin embargo, el Ministerio de Salud Pública no ha emitido comunicado oficial ni ha desplegado brigadas de saneamiento o fumigación de emergencia.
Los residentes acusan al Gobierno de negligencia sistemática: denuncian que, aunque las autoridades conocen la situación desde hace meses, no han ofrecido soluciones reales ni siquiera paliativas. “Prometen venir, toman fotos y nunca más aparecen. Mientras tanto, los niños enferman y el olor es insoportable”, comenta una madre del barrio.

LaTijera constató que las lluvias recientes han hecho que las aguas residuales se desborden, penetrando incluso en algunas viviendas. Este panorama ha convertido al Cerro en una bomba epidemiológica, una “llave abierta” de infecciones que amenaza con extenderse a otras zonas de la capital.
La falta de respuesta estatal frente a una situación que combina insalubridad, desidia y ocultamiento de datos epidemiológicos evidencia una vez más el deterioro del sistema de salud pública en Cuba.