¿Qué joven o niño no pasó agradables jornadas en el Centro Recreativo El Castillito, ubicado en la Calle 1ra entre 10 y 12 del popular barrio de El Vedado, La Habana? ¿Cuántos momentos inolvidanles, días felices, veladas increíbles?

Sin embargo, eso solo forma parte del recuerdo porque ahora el emblemático Castillito es un ejemplo de la negligencia que sufren los centros recreativos estatales en Cuba. Su piscina, que alguna vez fue orgullo del vecindario, ahora lleva meses llena de agua verde y putrefacta, convertida en un criadero de larvas y mosquitos que representan un riesgo para la salud pública.

La situación genera preocupación y denuncias entre los vecinos, quienes recuerdan los tiempos de esplendor del lugar. Lenays Cruz comenta: “Dios mío, yo trabajé ahí la última vez que se inauguró y todo era una belleza… no puedo creer que se haya convertido en esto por Dios”. Reinier Villegas Pérez añade: “Pasé mi infancia bañándome en todas esas piscinas… da mucha pena ver cómo han dejado deteriorar todo”.

El abandono no solo afecta la memoria histórica y recreativa, sino que se ha convertido en un problema sanitario. Usuarios como Rachel Sosa Pérez y Luis Miguel Supervielle denuncian la proliferación de mosquitos y posibles focos de dengue, chikungunya y Oropouche, enfermedades que ya afectan a la población del Vedado.

Margot Gort propone: “No hay trabajadores, ¿por qué no se pueden organizar acciones comunitarias para limpiar y cuidar la salud familiar?”.

Algunos vecinos expresan su frustración por la falta de respuesta de las autoridades. Carmen Vilar Arencibia señala: “La queja rebota de un organismo a otro y nadie hace nada”. Verónica Yanes pregunta directamente: “¿Dónde están los jefes, administradores y la Dirección de Salud Pública? Es un centro estatal y nadie actúa”. Mientras tanto, la población teme que esta negligencia pueda tener consecuencias graves para la salud.

Otros usuarios denuncian que la situación podría ser intencionalmente letal, como sugiere Carmen Rodriguez: “Eso es maldad, perversidad… parece que quieren que muera parte de la población”. La indignación crece ante la indiferencia de los responsables, mientras los ciudadanos se sienten desprotegidos y expuestos.

El Castillito, que alguna vez fue punto de encuentro y diversión para generaciones de habaneros, hoy es símbolo de abandono y descuido. La comunidad exige acción inmediata: limpieza de la piscina, control de vectores y responsabilidad de las autoridades para garantizar la salud de todos.

La historia de este centro recreativo refleja un problema mayor: la falta de mantenimiento y supervisión de espacios públicos en Cuba, que afecta directamente la vida de los seres humanos.

Fuente: La Tijera

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