El arzobispo de Santiago denuncia la miseria agravada tras Melissa y a reconstruir el país desde la unidad y el esfuerzo propio
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 17 de noviembre de 2025
En una homilía profundamente emotiva durante la eucaristía del Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, el arzobispo de Santiago de Cuba, Mons. Dionisio G. García Ibáñez, describió con firmeza y dolor la difícil realidad que vive hoy el pueblo cubano, marcada por la pobreza estructural agravada tras el paso del huracán Melissa.
“Nuestro pueblo está pasando momentos muy difíciles de pobreza, de escasez y, en muchos casos, de miseria. Todo hace falta. Desde medicinas hasta alimentos, todo”, expresó ante los fieles reunidos en la Basílica Santuario de la Virgen de la Caridad, en un mensaje que resonó con preocupación, pero también con un llamado a la esperanza.
Melissa no solo dejó destrucción a su paso, sino que desnudó la profunda crisis económica que afecta al país desde hace años. El arzobispo señaló que la tormenta reveló una realidad mucho más dura de lo que las cifras oficiales suelen reconocer. Solo en Santiago de Cuba, las autoridades admitieron recientemente que más de 6.900 núcleos familiares llevan 13 años esperando soluciones tras los daños del huracán Sandy. Ahora, Melissa ha provocado 2.300 derrumbes totales de viviendas, más de 13.000 derrumbes parciales de techo y más de 6.000 derrumbes totales, dejando a la provincia con más del 45 % del territorio aún sin electricidad casi tres semanas después del ciclón.
En medio de este panorama desolador, García Ibáñez insistió en que Cuba no puede permitirse perder sus valores ni depender únicamente de ayudas externas. “Lo que necesitamos es tanto que no se puede contabilizar”, lamentó, pero subrayó que la salida a la crisis depende también del esfuerzo de los propios cubanos.
A lo largo de su homilía, hizo un llamado a la unidad y al trabajo solidario, remarcando que “la solución a los problemas del país radica en el esfuerzo colectivo”, especialmente en un contexto donde la desconfianza hacia las instituciones es cada vez mayor. “Cualquier ayuda que venga de fuera debe agradecerse, pero lo fundamental es el esfuerzo de nuestro propio trabajo para saber recuperarnos”, afirmó.
El arzobispo destacó también el papel activo de la Iglesia Católica en la atención a los damnificados por Melissa. Subrayó que la comunidad religiosa ha intensificado su labor humanitaria y espiritual, brindando apoyo a los más vulnerables en un momento en que las necesidades materiales continúan multiplicándose.
En su mensaje final, García Ibáñez recordó que, pese a los desafíos, la esperanza no debe perderse. “La creación es hermosa, pero las realizaciones humanas pasan. Lo que permanece es el amor a Dios y a los demás”, concluyó, invitando a los cubanos a reconstruir no solo viviendas, sino también el tejido moral y comunitario del país, para aspirar a una sociedad más justa, fraterna y solidaria.