El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció este martes la imposición de restricciones de visa a varios funcionarios de gobiernos centroamericanos y a sus familiares por su implicación en programas que, según Washington, se benefician de la explotación laboral de profesionales médicos cubanos enviados al extranjero.

Según el comunicado oficial, estas sanciones responden a la participación directa de estos funcionarios en las llamadas “misiones médicas” del régimen cubano, un sistema que el gobierno estadounidense califica como “trabajo forzoso” y una forma de trata de personas bajo un disfraz humanitario.

Las restricciones se aplican a individuos que han facilitado o apoyado estos programas, permitiendo que médicos cubanos trabajen en condiciones de explotación: con salarios reducidos, vigilancia constante y la retención de sus pasaportes. Aunque no se dieron a conocer los nombres de los sancionados, las autoridades norteamericanas señalaron que la medida incluye a familiares inmediatos de los funcionarios implicados.

“El programa de exportación de mano de obra médica cubana abusa de los participantes, enriquece al corrupto régimen cubano y priva a los cubanos de la atención médica esencial que necesitan desesperadamente en su país”, señala el documento del Departamento de Estado. Con estas acciones, la administración estadounidense reitera su postura contra las prácticas coercitivas vinculadas a las llamadas brigadas médicas internacionales.

Washington acusa al régimen cubano de utilizar estas misiones como una de sus principales fuentes de ingreso en divisas, mientras mantiene a los médicos bajo control estricto, confiscando la mayor parte de sus salarios y sometiéndolos a condiciones que violan estándares internacionales de derechos laborales.

La medida también forma parte del compromiso más amplio de Estados Unidos con la defensa de los derechos humanos y laborales a nivel global. “Nuestro objetivo es apoyar al pueblo cubano en su búsqueda de libertad y dignidad, a la vez que promovemos la rendición de cuentas de quienes contribuyen a un sistema de trabajo forzoso”, declaró el Departamento de Estado.

Asimismo, la Casa Blanca instó a otros países a unirse a este esfuerzo, adoptando medidas similares contra quienes lucran con la explotación de profesionales cubanos. “Al implementar estas restricciones de visas, Estados Unidos envía un mensaje claro sobre su compromiso con la promoción de los derechos humanos y el respeto a los derechos laborales en todo el mundo”, afirmó la administración.

Organizaciones internacionales han documentado por años cómo el gobierno cubano envía médicos al extranjero bajo acuerdos bilaterales que ocultan mecanismos de control y represión laboral. Aunque La Habana promociona estas misiones como un acto de solidaridad internacional, diversos informes han revelado cómo el Estado cubano se queda con hasta el 75% del salario pagado por los países receptores.

Estados Unidos ha sancionado previamente a funcionarios y entidades cubanas involucradas en estos programas. Esta nueva ronda de restricciones de visa se enfoca, sin embargo, en los actores internacionales que colaboran con el sistema, extendiendo la presión más allá del gobierno de la isla.

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