EE.UU. niega visa a Jorgito, el niño cubano con cáncer que necesita un trasplante
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 20 de agosto de 2025

La historia de Jorgito Reina Llerena, un niño cubano de ocho años diagnosticado con Leucemia Linfoblástica Aguda, se ha convertido en un caso emblemático de burocracia y desamparo.
Tras más de un año de espera, la Agencia de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) ha denegado la visa humanitaria que le permitiría viajar a Florida, reunirse con su padre y acceder a un trasplante de médula ósea en el "Nicklaus Children Hospital", procedimiento que en Cuba no se realiza.
La decisión cae como un golpe devastador para la familia, que había depositado todas sus esperanzas en esta autorización migratoria.
En septiembre de 2024, el entonces senador Marco Rubio y actual secretario de Estado intervino en el caso, logrando que USCIS lo clasificara como “prioritario”. La notificación recibida por los familiares afirmaba que se analizaría con rapidez, pero la respuesta definitiva llegó mucho más tarde de los plazos legales y terminó siendo negativa.
“Lo más doloroso es que no solo falló Cuba, sino también Estados Unidos, que había prometido una revisión urgente del expediente”, confiesa el entorno cercano al menor.
La situación médica de Jorgito es crítica. Tras su diagnóstico en 2019, recibió quimioterapia y múltiples tratamientos paliativos. Sin embargo, la enfermedad se complicó con recaídas sucesivas: primero a nivel testicular, que obligó a extirpar uno de sus testículos, y luego el único que le quedaba.
A partir de ahí, fue sometido a punciones lumbares, biopsias y más ciclos de quimioterapia, sin resultados duraderos. Hoy, la única alternativa viable es el trasplante de médula, ya aceptado por el hospital estadounidense, pero inaccesible sin la visa.
Mientras tanto, su padre, Jorge Pastor Reina Pallarols, residente en Florida, organizó campañas de recaudación a través de Give a Hand para cubrir los costos médicos. El centro hospitalario confirmó su disposición a realizar el procedimiento, pero la ausencia de autorización migratoria bloquea todo esfuerzo.
“El dinero, el hospital y la voluntad de salvarlo están ahí, pero falta el permiso de viaje”, repite la familia con desesperación.
La paradoja es aún más amarga porque la USCIS exige ahora una prueba oficial de que Cuba no puede realizar trasplantes de médula, algo casi imposible de conseguir en un país donde el Ministerio de Salud Pública no admite públicamente la precariedad de su sistema.
En caso de que la institución emitiera la carta solicitada, ni siquiera es seguro que la evidencia modifique la postura de las autoridades estadounidenses.
“Lo único que Jorgito espera es el tratamiento que puede darle la vida”, lamentan sus allegados. Tras años de quimioterapias, recaídas y la lucha constante de su familia, el niño sigue atrapado en un limbo burocrático.
Entre la inacción del sistema de salud cubano y la negativa de la USCIS, la enfermedad avanza. La historia de Jorgito no solo es la de un niño enfermo, sino también la de un proceso lleno de promesas incumplidas que hoy pone en jaque su derecho más elemental: el de vivir.