El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Joe Biden, ha vuelto a señalar a Cuba por su falta de acción significativa en la lucha contra la trata de personas. En un memorando presidencial emitido recientemente, Washington incluyó al régimen cubano entre los gobiernos que no recibirán asistencia financiera no humanitaria ni relacionada con el comercio, como parte de sus esfuerzos para combatir este delito.

La Casa Blanca destacó que la medida también afectará a otros gobiernos, como los de Bielorrusia, Corea del Norte, China, Rusia, Siria, Eritrea, Nicaragua y Macao, los cuales deberán cumplir con los estándares mínimos de la ley para recibir ciertos tipos de asistencia. Esta decisión no solo limita la financiación directa, sino también la participación de estos países en programas de intercambio educativo y cultural con Estados Unidos.

El secretario de Estado, Antony Blinken, ya había advertido en julio que el régimen cubano debía asegurarse de que sus programas de exportación laboral, particularmente aquellos que incluyen médicos en misiones internacionalistas, cumplan con los estándares laborales internacionales. Específicamente, se instó a La Habana a garantizar que los trabajadores reciban salarios justos y que los pagos sean depositados en cuentas controladas por los propios empleados.

El memorando también instruye a representantes de Estados Unidos en bancos multilaterales de desarrollo y en el Fondo Monetario Internacional a votar en contra de cualquier préstamo dirigido a estos países, con la excepción de asistencia humanitaria o relacionada con el comercio que no beneficie directamente a los gobiernos.

La ONU ha mantenido sus señalamientos hacia Cuba, al considerar que las condiciones de trabajo de los médicos enviados a misiones podrían calificarse como "trabajo forzoso" y "esclavitud moderna." Esto representa un fuerte llamado de atención internacional que reitera las acusaciones previas sobre las violaciones a los derechos laborales de los trabajadores exportados por el régimen cubano.

Con estas acciones, Estados Unidos busca presionar a Cuba y otros gobiernos para que mejoren sus políticas en torno a la trata de personas, un crimen que afecta a miles de individuos a nivel mundial. La política estadounidense hacia Cuba sigue marcada por estas preocupaciones, y Washington ha dejado claro que continuará aplicando sanciones hasta que se vean cambios concretos en la isla.

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