La tensión en el Caribe continúa en aumento tras la confirmación de que la Guardia Costera de Estados Unidos mantiene una “persecución activa” contra un tercer buque sancionado que se dirigía a Venezuela. Según funcionarios consultados por Reuters, se trata de una nueva operación dentro del reforzado cerco marítimo ordenado por Washington en las últimas semanas para frenar el transporte de crudo vinculado a redes sancionadas.

A diferencia de las dos incautaciones realizadas este mismo fin de semana, este tercer barco todavía no ha sido interceptado ni abordado, aunque permanece bajo seguimiento constante de embarcaciones y unidades aéreas estadounidenses. Medios como Bloomberg y Axios aseguran que el buque sería el petrolero Bella 1, de bandera panameña, incluido desde junio de 2024 en la lista de sanciones de la OFAC por sus vínculos con la Guardia Revolucionaria de Irán.

De acuerdo con estas fuentes, el Bella 1 realizaba una maniobra de acercamiento a la costa venezolana para cargar crudo cuando Estados Unidos inició la operación de seguimiento. El barco navega presuntamente con bandera falsa y tiene una orden judicial de incautación, por lo que la Guardia Costera puede proceder al abordaje en cuanto las condiciones de seguridad lo permitan. Funcionarios estadounidenses explicaron que, dependiendo de la evolución, las acciones pueden ir desde sobrevuelos de advertencia hasta un operativo directo con helicópteros y fuerzas de abordaje.

La persecución ocurre 48 horas después de que Estados Unidos incautara un segundo petrolero —el Centuries, propiedad china y bandera panameña—, el cual habría cargado 1,8 millones de barriles de crudo en Venezuela antes de ser escoltado fuera de la zona económica exclusiva.

La primera de estas incautaciones se produjo el 10 de diciembre, cuando fuerzas estadounidenses interceptaron un petrolero acusado de transportar crudo sancionado hacia Irán. Con estas tres operaciones —dos incautaciones y una persecución en curso—, el cerco marítimo se ha convertido en la ofensiva más intensa de Washington contra la red de comercio petrolero del chavismo desde 2020.

Nicolás Maduro reaccionó mediante un mensaje en Telegram, acusando a Estados Unidos de una “campaña de agresión” y asegurando que el país está preparado para “acelerar la revolución profunda”. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, denunció una estrategia de “amenaza militar” y “terrorismo psicológico”.

El despliegue estadounidense en el Caribe incluye 11 buques de guerra, entre ellos un portaaviones, destructores y embarcaciones anfibias. Washington sostiene que las operaciones están dirigidas a frenar el narcotráfico y el financiamiento ilícito, mientras Caracas asegura que buscan derrocar al régimen y apropiarse del petróleo venezolano.

Por ahora, el Bella 1 continúa navegando sin haber sido detenido, pero bajo un seguimiento que podría culminar en cualquier momento con la tercera incautación en menos de dos semanas.

Fuente: Infobae, BBC, Reuters

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