El líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, quien se autoproclamó ganador de las controvertidas elecciones presidenciales del 28 de julio, ha reafirmado su decisión de regresar a Venezuela para asumir el cargo de presidente electo el próximo 10 de enero de 2025. A pesar de encontrarse exiliado en España desde que denunció irregularidades y fraude en el proceso electoral que favoreció a Nicolás Maduro, González asegura que volverá al país para cumplir con lo que considera un compromiso con los venezolanos.

En una reciente declaración al diario español "El País", González expresó: “Estamos dando la pelea, estamos llevando nuestra voz, la voz de todos los venezolanos en el exterior”. Además, afirmó estar “moralmente preparado” para enfrentar una posible detención a su llegada a Caracas, un escenario que no ha descartado debido a la persecución política que ha sufrido el régimen chavista. A pesar de la gravedad de las amenazas, González no reveló cómo planea regresar, pero enfatizó que el 10 de enero marcará el inicio de la reconstrucción de Venezuela.

González, en su rol de presidente legítimo de Venezuela, tiene el respaldo de la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha mostrado su apoyo a una transición política en el país, algo que también refuerza la presión sobre el régimen de Maduro. Mientras tanto, el líder opositor anunció una gira por varios países de Latinoamérica, aunque los detalles de su recorrido aún no han sido precisados.

Por su parte, la líder opositora María Corina Machado, con quien González comparte visiones similares sobre la crisis venezolana, ha mantenido un discurso firme y ha convocado a una protesta ciudadana el próximo 1 de diciembre, tanto dentro como fuera de Venezuela. Junto con Magalli Meda, dirigente de Vente Venezuela, Machado ha instado a los ciudadanos a pintar sus manos de rojo como símbolo de la resistencia frente a la represión vivida en el país. En un tono desafiante, Meda afirmó: “Tenemos que actuar ya, este 1 de diciembre va a ser una protesta única, inédita, con valentía”.

La respuesta del régimen chavista ante estos pronunciamientos ha sido contundente. Nicolás Maduro, en un programa televisado, advirtió que aquellos que intenten impulsar la transición política “lo van a pagar”. Mientras tanto, Diosdado Cabello, número dos del gobierno, invitó irónicamente a González a presentarse en el aeropuerto de Maiquetía, prometiéndole un “comité de bienvenida” con “esposas”.

Maduro, por su parte, sigue confiando en su juramentación como presidente el 10 de enero y ha asegurado que las amenazas de la oposición son inofensivas frente al poder de la revolución bolivariana. No obstante, el régimen ha aumentado sus represalias, con medidas legislativas que proponen la inhabilitación política y la pérdida de nacionalidad para quienes promuevan sanciones internacionales contra el gobierno venezolano.

En un contexto de creciente confrontación, tanto la oposición como el chavismo se preparan para lo que se espera sea una nueva fase en la crisis política de Venezuela. Las tensiones aumentan mientras se acerca el 10 de enero, fecha clave para la toma de poder y el futuro del país.

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