Economista Pedro Monreal desmonta la narrativa de Marrero: “Cuba no está en guerra, está en crisis estructural”
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 25 de septiembre de 2025

El debate sobre la crisis en Cuba vuelve a encenderse tras las declaraciones del primer ministro Manuel Marrero Cruz, quien afirmó recientemente que el país vive una situación “como de guerra”. Sin embargo, el economista cubano Pedro Monreal, reconocido por sus análisis críticos, respondió tajantemente: “¡Cuba no está en guerra, Cuba atraviesa una crisis estructural!”.
Según Monreal, la narrativa bélica utilizada por Marrero no busca describir la realidad del país, sino justificar el endurecimiento del control político y militarizar el discurso público. Para el economista, lo que enfrenta la Isla no son bombardeos ni frentes de batalla, sino un colapso de gestión que abarca todos los niveles de la vida nacional: desde la falta de alimentos y medicinas hasta el desabastecimiento energético y la incapacidad del Estado para generar divisas.
En su análisis, Monreal advierte que insistir en una retórica de “resistencia en guerra” solo desvía la atención de las soluciones reales que requiere la nación.
"La crisis es civil, no militar" Y en consecuencia, lo que se necesita no son arengas ni comparaciones bélicas, sino reformas profundas en las instituciones, apertura a la participación ciudadana y un rediseño económico que permita dinamizar la producción.
Uno de los puntos centrales de la crítica de Monreal es la supuesta “descentralización” que promueve el gobierno. Marrero instó a los gobiernos locales a actuar con mayor autonomía en inversiones, infraestructura y gestión de recursos.
Sin embargo, el economista considera que este proceso carece de credibilidad porque no viene acompañado de un verdadero respaldo financiero ni de un marco político que permita a las comunidades decidir libremente.
Para Monreal, hablar de descentralización sin recursos es una ilusión. Y más aún, significa poner en riesgo la hegemonía del Partido Comunista, ya que abrir espacios reales de decisión local sería, en la práctica, cuestionar el poder central. Por ello, sostiene, "las élites jamás permitirán una descentralización auténtica".
La historia reciente confirma su escepticismo: cada intento de flexibilizar la gestión económica ha terminado siendo revertido, creando un círculo vicioso que hunde aún más a la población en la escasez y la incertidumbre.
Mientras tanto, la ciudadanía sigue atrapada en la precariedad diaria. Entre apagones, inflación y la falta de bienes básicos, la pregunta persiste: ¿cuánto tiempo más podrá sostenerse un modelo que niega su propia crisis y se refugia en discursos de guerra que no existen?