Dominicana, el nuevo Varadero: reencuentros familiares y turismo con alma para miles de cubanos
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 25 de julio de 2025

Mientras el sector turístico cubano se desmorona entre apagones, desabastecimiento y hoteles vacíos, República Dominicana se ha convertido en el nuevo epicentro de los reencuentros para miles de familias cubanas separadas por la emigración.
En junio de 2025, más de 19 mil cubanos residentes en la isla volaron hacia Dominicana, según datos del Ministerio de Turismo dominicano, marcando un récord histórico para ese mes. Pero no se trata de simples vacaciones: es turismo de reencuentro, de abrazos aplazados y emociones contenidas, muchas veces tras años de distancia forzada.
En total, 43,218 cubanos viajaron a Dominicana en los primeros seis meses del año, una cifra que apunta a superar el récord de 96 mil visitantes registrado en 2022. Las agencias de viaje han adaptado sus ofertas: paquetes con visado simplificado, vuelos directos y precios asequibles están diseñados para quienes viven en una Cuba que ya no permite ni soñar.
Al otro lado del estrecho, la isla caribeña que antes fue referente turístico en la región, pierde terreno a pasos acelerados. De enero a junio de 2025, Cuba perdió más de 319 mil turistas en comparación con el mismo periodo de 2024, lo que representa una caída del 25%. Ni la cercanía con Rusia ni la histórica afluencia canadiense han logrado detener el desplome del sector.
La Habana y Varadero lucen vacíos, los hoteles se deterioran y el relato de los visitantes en redes sociales es demoledor. “En La Habana sí se sufre por la comida... niños con hambre, ancianos sin medicamentos, casas a punto de caer”, escribió una turista latina conmovida por la precariedad del día a día en la capital cubana.
En contraste, República Dominicana ha apostado por un modelo inclusivo y funcional, que ha logrado convertir el turismo en un puente familiar. Según la viceministra Jacqueline Mora, por cada 10 cubanos que llegan desde la isla, otros 60 lo hacen desde Miami, haciendo de Punta Cana y Santo Domingo escenarios de reencuentros emocionales.
Desde 2022, eliminación del visado de tránsito y mejoras en la conectividad aérea, como las rutas directas operadas por Sky Cana, han facilitado estos viajes, sobre todo durante los fines de semana, cuando se producen la mayoría de los encuentros familiares.
En Dominicana no hace falta pagar sobornos para sacar un pasaporte, ni enfrentarse a inspectores intrusivos o pedir autorización estatal para ver a un familiar. Solo se necesita voluntad y un pasaje. Para muchos emigrados, ese país representa el segundo hogar que Cuba ya no puede ofrecerles.
Este fenómeno va mucho más allá de una moda pasajera. Es una respuesta afectiva y logística a la desconexión emocional impuesta por el sistema cubano, que sigue levantando hoteles vacíos mientras su pueblo hace colas para conseguir pan o medicamentos.
Dominicana ha entendido que el turismo también puede ser un acto de amor, una forma de sanar, de volver a conectar con la familia en condiciones humanas. Mientras tanto, el régimen cubano continúa atrapado en un modelo turístico agotado, ajeno a la realidad de su gente y sostenido solo por estadísticas maquilladas y promesas incumplidas.