El encargado de negocios de Estados Unidos en Cuba, Mike Hammer, fue blanco de una provocación planificada por la Seguridad del Estado durante una visita pastoral este domingo 8 de junio a la Iglesia de Regla, en La Habana. La agresión, que simuló ser un reclamo espontáneo de una ciudadana cubana, fue en realidad una operación cuidadosamente diseñada para desacreditar al diplomático estadounidense, según denuncias en redes sociales y reportes de medios independientes como CiberCuba.

Hammer, conocido por sus recorridos públicos por la isla y su cercanía con los ciudadanos cubanos, se trasladó hacia Regla en la tradicional “lanchita”, un gesto de cercanía que contrasta con el hermetismo y los férreos dispositivos de seguridad que rodean a los dirigentes del régimen cubano. Durante el trayecto, una mujer comenzó a increparlo en tono agresivo, culpándolo por la situación económica del país, ignorando deliberadamente el peso de las políticas internas del gobierno cubano en la actual crisis.

A diferencia de otros episodios en los que ciudadanos comunes han sido rápidamente reprimidos por dirigirse directamente a figuras del gobierno —como ocurrió hace unos meses con un joven de Songo La Maya que logró romper un cerco de seguridad para reclamarle al mandatario Miguel Díaz-Canel—, esta mujer no fue detenida, lo que ha despertado sospechas sobre su verdadera afiliación.

Usuarios en redes sociales, así como activistas y periodistas independientes, apuntan que la mujer forma parte del aparato de propaganda del régimen. El video del incidente fue difundido inmediatamente por perfiles afines al Partido Comunista y reproducido por cuentas controladas por la Seguridad del Estado, con el objetivo de proyectar una imagen de rechazo al diplomático, quien ha sido bien recibido por la mayoría de los cubanos en sus salidas públicas.

El medio independiente CiberCuba fue uno de los primeros en señalar que en el transporte público viajaban agentes vestidos de civil que participaron en una confrontación verbal simulada. La maniobra buscaba provocar al representante estadounidense y empañar su imagen de cercanía y respeto hacia el pueblo cubano, justo cuando la isla atraviesa una de las peores crisis sociales de las últimas décadas.

Hammer no hizo mención pública del incidente. En la cuenta oficial de la Embajada de EE.UU. en Cuba, solo se publicó una nota sobre la misa celebrada por la Virgen de Regla en ocasión de Pentecostés, en la que el diplomático destacó haber compartido con el Padre Castro y el representante del Vaticano, Monseñor Roter.

El gesto de Hammer fue agradecido por múltiples cubanos en redes sociales. “Le pido perdón en nombre del pueblo de Cuba por los pequeños corpúsculos que sirven a un gobierno que no representa al país”, escribió una usuaria. “Gracias por acercarse a la población real, la que no aparece en los medios estatales”.

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