Un grupo de manifestantes interrumpió este martes la cena del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un restaurante de mariscos y carnes en Washington D.C., exigiendo libertad para Palestina y denunciando las políticas del expresidente en apoyo a Israel.

Según reporta El Mundo, el incidente fue captado en video y rápidamente se viralizó en redes sociales.

La protesta comenzó con aplausos y abucheos a la llegada de Trump, quien se encontraba en el local promocionando su propuesta de “federalizar la policía” en la capital estadounidense.

Dentro del restaurante, un reducido grupo de personas se puso de pie portando miniaturas de banderas de Gaza y comenzó a corear consignas como: “¡Liberen D.C.! ¡Liberen Palestina! ¡Trump es el Hitler de nuestro tiempo!”.

La tensión aumentó cuando una mujer fue escoltada fuera del establecimiento mientras gritaba: “No es bienvenido en D.C. No es bienvenido en Palestina. Palestina no está en venta”.

Testigos señalaron que Trump se limitó a observar a los manifestantes fijamente y a gesticular en su dirección, pero no llegó a interactuar con ellos.

A pesar de la interrupción, la cena continuó, aunque el ambiente dentro del restaurante se mantuvo cargado de tensión.

El incidente refleja la creciente polarización política en Estados Unidos y la fuerte oposición que genera la postura de Trump frente al conflicto entre Israel y Palestina. Expertos en política señalan que este tipo de protestas, que combinan críticas internacionales con confrontación directa, evidencian la capacidad de la sociedad civil para manifestar su descontento en espacios públicos incluso frente a figuras de alto perfil.

La viralización del video también generó un debate en redes sociales, con usuarios divididos entre quienes condenan el comportamiento de los manifestantes y quienes consideran legítima su protesta ante las políticas de Trump.

Analistas destacan que hechos como este podrían influir en la percepción pública del expresidente de cara a posibles futuras campañas electorales.

El episodio en Washington se suma a una serie de manifestaciones globales que exigen justicia para Palestina y cuestionan el rol de líderes internacionales en los conflictos del Medio Oriente, convirtiéndose en un nuevo ejemplo de cómo la política exterior estadounidense sigue siendo un punto de fricción tanto dentro como fuera del país.

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