La sal que evidencia la crisis del peso cubano - Ulises Toirac
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 20 de diciembre de 2025
El ejemplo de la sal es más que una simple anécdota: es un reflejo de el por qué el peso cubano tiene el valor que tiene y de los desafíos del mercado en Cuba. Según datos de 2024, el sector privado —principalmente mipymes— aportaba alrededor del 55% de las ventas minoristas en el país.
Esta cifra tiene un año de retraso, y considerando la expansión de estas micro, pequeñas y medianas empresas, el peso de su participación es aún mayor hoy. Cuando un producto escasea en el mercado estatal, como la sal, el consumidor se ve obligado a buscarlo en estas empresas que venden en pesos cubanos.
El problema es que la sal se adquiere en mercados internacionales con divisas. Cuando se vende en pesos cubanos, no hay “vuelto” en la moneda extranjera, y dado que el peso no tiene circulación internacional, se hace necesario un tipo de cambio que encarece el producto.
Esto explica por qué la sal que podría ser simple termina costando lo que muchos llaman “sal del Himalaya embotellada desde el nacimiento del primer elefante que sostiene el mundo”.
El proceso de producción de sal es sencillo y no depende de sanciones externas: el agua de mar entra en terrazas costeras, se evapora y queda la sal lista para el transporte. Cuba, con su extensa línea de costa, tiene el potencial para producir abundante sal y otros recursos naturales. Sin embargo, los gastos internos, conversiones y distorsiones del mercado elevan los precios y reducen el poder adquisitivo del salario, afectando el valor real del peso.
Los comentarios en redes reflejan la frustración general. Como dice Lucero Gandía en Facebook: “El secreto está en incrementar la producción nacional de sal, azúcar y todo lo que podamos. Las importaciones empobrecen y encarecen todo”.
Antonio Ferras critica que “las personas que ocupan cargos de dirección no analizan bien lo que se debe hacer. Es bochornoso que la sal no esté en la bodega de forma permanente”. Sonia Fernández Rangel agrega que hay recursos, como pescado y mariscos, que podrían ser abundantes, pero la falta de gestión y flotas limita la producción local.
Ismael García Rodríguez subraya la indignación al ver productos básicos como el azúcar importados a precios exorbitantes, considerándolo “un ultraje a la dignidad nacional”.
Graciela Reyes Fusté resume la situación: “No es que no hayan economistas, los hay y buenos. Pero no les hacen caso. Los que mandan son los dueños, no los expertos”.
Este caso de la sal ilustra la compleja relación entre la producción nacional, el mercado privado y el valor del peso cubano. Cada vez que un producto básico escasea, el peso pierde fuerza y los consumidores pagan las consecuencias. La solución es clara: fortalecer la producción nacional, garantizar distribución adecuada y reducir la dependencia de importaciones innecesarias. Solo así el peso puede recuperar parte de su valor real y los cubanos acceder a productos esenciales sin que su salario se vuelva insuficiente.
Del perfil de Ulises Toirac