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Denuncian venta de picadillo podrido para niños en la canasta racionada

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 17 de octubre de 2025

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En la provincia de Holguín, la indignación ciudadana crece tras la venta de picadillo en mal estado destinado a los niños dentro del sistema de racionamiento. Madres y vecinos denunciaron que el producto llegó echado a perder, pero fue igualmente comercializado en las casillas estatales, poniendo en riesgo la salud de cientos de familias.

“El picadillo para niños que llegó a la casilla lo vendieron podrido. La gente no lo quiso comprar, y con razón. Eso no hay quién se lo coma porque estaba echado a perder. Si saben que no sirve, no lo pueden vender”, denunció la holguinera Marlene Batista, madre de una niña de cinco años.

El mal estado de los alimentos distribuidos por la libreta de racionamiento se ha vuelto una situación recurrente en Cuba. Para muchas familias, representa un drama cotidiano que impacta directamente en su mesa. “Me puse contenta cuando me dijeron que había llegado picadillo para niños, pero cuando fui a comprarlo se sentía un mal olor en la casilla que ni hice la cola. Yo no le puedo dar un alimento echado a perder a mi hijo”, relató Yanet Cruz Marrero, quien terminó sirviendo a su hijo “un plato de arroz blanco con un huevo frito, y dando gracias a Dios que apareció el huevo y el aceite para freír”.

Otra vecina, Beatriz González, expresó con impotencia: “Cuando me enteré de que el picadillo no servía, pensé en mis nietos. Eso no tiene perdón de Dios”.

El consumo de carne descompuesta representa un grave riesgo sanitario, especialmente para los niños. El holguinero Ernesto Cedeño alertó sobre los posibles efectos: “Si ese picadillo se consume en mal estado se puede formar un brote de diarrea. Y lo peor es que hay mucha gente que lo cocinó y se lo comió así echado a perder, porque no tenían otra cosa que comer”.

No es la primera vez que algo así ocurre en la provincia. En abril de 2012, más de 80 niños y trabajadores del círculo infantil de la Comunidad Militar del Aeropuerto de Holguín resultaron intoxicados tras consumir picadillo contaminado. Muchos fueron hospitalizados con vómitos, fiebre y diarrea, y varios fueron reportados de gravedad.

Esta nueva denuncia ha desatado una cadena de acusaciones cruzadas entre trabajadores, funcionarios y distribuidores. Ricardo, un casillero local, explicó que la falta de electricidad y refrigeración es una de las principales causas del deterioro: “No hay corriente para mantener los cárnicos congelados. Las casillas no tienen neveras, y los camiones de distribución tampoco enfrían bien. Entre el calor y el tiempo que se pierde en el trayecto, el picadillo se echa a perder”.

Otro vecino, Julián Domínguez, coincidió: “Las carnicerías no tienen ni neveras que sirvan. Con los apagones que hay, no hay manera de conservar nada”.

Sin embargo, otros avileños creen que la causa va más allá de los apagones. Ramón Santiesteban sostiene que el problema se origina en la propia empresa cárnica: “Si por la mañana sacan el picadillo fresco, no puede ser que al mediodía ya esté podrido. Para mí, eso ya viene dañado desde el Combinado Cárnico”.

La misma opinión comparte Carlos Batista Vega: “Aquí la culpa es como un hierro caliente que nadie quiere agarrar. Dicen que es por los apagones, por los camiones, pero la verdad es que la carne ya sale podrida del cárnico”.

Mientras tanto, los casilleros enfrentan el descontento popular. “Ellos saben que esa carne apesta, que está podrida y, aun así, la venden”, lamentó Jorge Luis Marrero. Pero otros, como José Miguel Fernández, consideran que los trabajadores también son víctimas del sistema: “El casillero es el último eslabón, el que da la cara. Le dicen ‘despáchalo’, y si se niega, se busca un problema. El lío está arriba, en los que planifican y distribuyen sin preocuparse por la calidad. Para ellos, somos solo números”.

Casos similares se han reportado en otras provincias. En La Habana, en 2020, Emma Gronlier Blanco denunció la venta de picadillo de soya en mal estado, y en Camagüey, en 2021, Lili Morales mostró un producto similar, denunciando su pésima calidad.

Según la organización Food Monitor Program, el verano de 2025 ha sido uno de los más duros para los cubanos, marcado por apagones prolongados, escasez de alimentos y colapso de servicios básicos. La desesperación ha llevado a muchos a recurrir a estrategias extremas de supervivencia, como la caza de aves silvestres —como el pitirre abejero— o incluso el consumo de animales domésticos, algo impensable años atrás.

En medio de la crisis, el caso del picadillo podrido en Holguín refleja el colapso de una cadena de suministro incapaz de garantizar la seguridad alimentaria mínima, y un sistema donde la necesidad obliga a comer lo que debería desecharse.


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