Una nueva muerte bajo custodia estatal vuelve a colocar en el centro del debate las condiciones inhumanas en las prisiones de Cuba.

Se trata de Alfredo Ulecia Planche, conocido como “Alfredito”, quien falleció en la Prisión Provincial de Guantánamo, mientras cumplía una sanción de 25 años por un delito común.

De acuerdo con la información publicada por Cubalex en Facebook, Alfredo trabajaba en la cocina del penal cuando fue acusado por otro recluso de vender comida.

El jefe de orden interior lo apartó de su puesto y, en señal de protesta, Ulecia consumió psicofármacos.

La reacción de las autoridades no fue auxiliarlo médicamente, sino aplicarle una práctica de castigo conocida como “fijación mecánica”, considerada un método de tortura.

Esta técnica, también llamada “el potro” o “cama turca”, consiste en inmovilizar al prisionero, amarrándolo durante horas o incluso días.

En el caso de Alfredo, lo mantuvieron así durante tres días, aislado en un cuarto insalubre del puesto médico, sin alimentos, sin supervisión médica ni asistencia alguna.

Solo cuando otro recluso se percató de que no respondía y alertó a las autoridades, comprobaron que ya había fallecido.

Aunque a su familia le comunicaron que la causa fue una “sobredosis”, las circunstancias descritas por testigos y recogidas por Cubalex apuntan a un cuadro de tortura y negligencia.

El cuerpo fue entregado a sus familiares el mismo, velado en el barrio El Bayamo en Guantánamo y sepultado al día siguiente.

Cubalex recuerda que cada muerte en custodia es responsabilidad directa del Estado, que está obligado a garantizar condiciones de vida dignas y a investigar de manera inmediata, independiente y transparente los hechos.

Según la organización, ya se han documentado 32 muertes de reclusos en lo que va de año, lo que revela la magnitud de la crisis penitenciaria en Cuba: violencia, desnutrición, enfermedades no atendidas, autolesiones, negligencia y condiciones de extrema insalubridad.

La denuncia de Cubalex vuelve a mostrar el rostro más oscuro del sistema carcelario cubano, donde la vida de los internos queda expuesta a abusos, torturas y a la total falta de garantías.

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