Un diputado del Partido Comunista de Cuba (PCC) sorprendió durante una reciente sesión de la Asamblea Nacional al reconocer abiertamente la ineficiencia de las empresas estatales y proponer un enfoque basado en incentivos de mercado para reactivar la economía nacional. Fragmentos de su intervención, difundidos en redes sociales, han generado un amplio debate dentro y fuera de la isla.

El legislador afirmó que el control absoluto del Estado sobre la economía ha sido un obstáculo central para el crecimiento productivo y puso como ejemplo el sector agropecuario. “Mientras sigamos pagando el litro de leche a 38 pesos, no vamos a tener leche en Cuba, ni ganadería”, dijo, al contrastar ese precio con el costo de productos básicos como el agua embotellada, que hoy alcanza los 150 pesos.

Según el diputado, esos precios no estimulan la producción ni compensan el esfuerzo de sectores altamente sacrificados como la ganadería. En ese contexto, sostuvo que las micro, pequeñas y medianas empresas privadas (mipymes) han demostrado mayor eficiencia y capacidad de respuesta que el aparato estatal.

Para ilustrarlo, citó su experiencia en el sector de la construcción con una arenera gestionada por una mipyme. A diferencia de la empresa estatal —donde “faltaba una tuerca y se paraba todo”—, la gestión privada mantiene la producción sin interrupciones y entrega resultados inmediatos. “La arena y la piedra llegan y resuelven un problema real del pueblo”, afirmó.

El diputado también defendió la expansión de iniciativas privadas en otras áreas, como la producción de piensos, y abogó por un esquema de incentivos donde el buen desempeño permita ampliar la escala productiva. “Si a un productor se le dan 65 hectáreas y las explota bien, hay que darle más”, sostuvo, en una declaración que contrasta con los límites históricos impuestos por la política agraria cubana.

En un tono inusual para el discurso oficial, llamó a no temer a que los trabajadores “hagan dinero”, como ocurre en otras economías. “Ese es el camino que llevamos”, concluyó, sugiriendo que mecanismos propios del capitalismo son necesarios para salir de la crisis.

Las declaraciones chocan con la línea oficial del Gobierno, que mantiene la propiedad estatal como pilar del modelo económico, y con la Constitución vigente. No obstante, en redes sociales muchos usuarios celebraron la franqueza del legislador y vieron en sus palabras un reconocimiento de una realidad cotidiana: el aporte clave de la iniciativa privada en medio de la escasez.

Otros, sin embargo, se mostraron escépticos y advirtieron que discursos de este tipo rara vez se traducen en reformas estructurales, dadas las resistencias internas del sistema. El debate, en cualquier caso, expone fisuras crecientes dentro del propio oficialismo frente a una crisis económica que sigue profundizándose.

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