Un trabajador del Ministerio de la Agricultura de Cuba (MINAG), denunció la escasez de alimentos que enfrenta el personal de esa administración, cuya sede radica en La Habana.

El centro se caracterizaba por brindar buen almuerzo a sus empleados, pero la realidad hoy es otra, según refiere la fuente al diario independiente 14yMedio. “Estuvimos días comiendo galleticas saladas porque no hay arroz ni viandas”, explicó.

El MINAG radica en un edificio de 17 pisos en la esquina de Conill y Rancho Boyeros. “La gente cree que como esto es el Ministerio de Agricultura aquí debemos estar nadando en la abundancia, pero nada de eso”, dijo.

“Los últimos meses han sido muy difíciles y los cocineros tienen que estar inventando para poder servir algo”, agregó el trabajador, quien prefirió hablar en condición de anonimato. Según el entrevistado, el mayor déficit se nota justamente en los productos que deben llegar de los surcos.

El Ministerio de la Agricultura mantuvo durante años un almuerzo subsidiado, aun después de que en 2009 el entonces gobernante del país, Raúl Castro, llamara a la eliminación de ese servicio en centros estatales. El trabajador recuerda tiempos de relativa abundancia, como un cocinero que por largos años trabajó en una dependencia de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en La Habana.

“A veces creía que se inventaban reuniones, aunque no tuvieran nada que decir, para poder justificar el consumo de panes, café y refrescos de una merienda”, dice. “Cuando ya el desabastecimiento estaba afectando a todo el mundo, todavía en mi centro de trabajo los cuadros de la UJC se permitían una merienda, café en las mañanas y almuerzo con una proteína cada día”, detalla.

Sin embargo, a partir del actual año, todo comenzó a empeorar con la imposición de nuevas medidas gubernamentales, la inflación y la rotunda escasez. “El mismo día que me enteré que ya no se iba a dar más almuerzo pedí la baja porque qué sentido tiene ser cocinero en un lugar que no se cocina”, dijo.

Por otra parte, de acuerdo con trabajadores del referido ministerio, las inquietudes llegaron a oídos del titular de la cartera, Ydael Pérez Brito. “Dijo que había que solucionar eso y que cómo era posible que aquí no haya unas yucas, malangas o algo de boniato para darle a la gente que va al comedor”, mencionó una trabajadora del área de seguridad de la institución.

“En este lugar se llegó a servir comida que nada tenía que envidiarle a la de un restaurante. Las viandas, los vegetales y las frutas no faltaban. Por no hablar de la carne de cerdo y de pollo”, señala. “La mayoría de la gente trae ahora algo de su casa para aguantar toda la jornada porque muchas veces no vale la pena bajar al comedor”, refiere.

Para la trabajadora, el ambiente actual dista bastante de épocas anteriores. “Esto parece más una funeraria que un Ministerio de Agricultura, porque el almuerzo está muerto, muerto”, asegura. La escasez y la inflación en Cuba tiene al pueblo en una encrucijada donde no parece vislumbrarse un final a corto plazo. El último ranking publicado por el profesor universitario de Economía Steve Hanke, expone que el incremento de precios en la isla alcanzó el 135 % y es la segunda tasa más alta del mundo.

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