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Díaz-Canel y la mano en el hombro: poder y control en tiempos de crisis

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 26 de septiembre de 2025

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En medio de la actual crisis energética en Cuba, el primer secretario del Partido Comunista, Miguel Díaz-Canel, apareció en una de las termoeléctricas (Renté) conversando con los trabajadores. En las imágenes difundidas, una constante llamó la atención: el dirigente posaba su mano en el hombro de casi cada obrero con el que hablaba. A simple vista, podría parecer un gesto de cercanía, un símbolo de respaldo y reconocimiento; sin embargo, en el lenguaje corporal encierra significados más profundos que van más allá de la cortesía.

Desde el punto de vista psicológico, colocar la mano en el hombro es un gesto cargado de simbolismo. Puede transmitir apoyo, confianza o incluso protección, pero en un contexto de jerarquía, como entre un dirigente y un trabajador, suele expresar dominio, control y la necesidad de reafirmar autoridad. Es una forma de marcar territorio, de dejar claro “yo estoy arriba, tú estás bajo mi ala”. Se convierte en una manera silenciosa de establecer quién dirige y quién obedece.

En el caso cubano, y particularmente en esta visita, el gesto no es casual. Díaz-Canel recurre a él como parte de un lenguaje visual que busca suplir con contacto físico lo que no logra con resultados concretos: generar confianza en medio de la precariedad energética. La mano en el hombro, repetida una y otra vez, funciona como un recurso simbólico para mostrarse “cercano al pueblo”, aunque en la práctica refuerce la distancia real entre los problemas de los trabajadores y el poder político.

El detalle de estas imágenes es revelador: en tiempos de crisis, la comunicación no verbal se vuelve aún más importante. Los dirigentes apelan a gestos que pretenden proyectar liderazgo y seguridad. Pero el lenguaje corporal, al igual que las palabras, puede leerse de distintas maneras: para algunos será un signo de acompañamiento, para otros, una demostración de paternalismo y control. En cualquier caso, la mano en el hombro se convierte en metáfora del poder en Cuba: una fuerza que se quiere presentar como protectora, pero que al mismo tiempo oprime y condiciona.


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