El presidente designado, Miguel Díaz-Canel, dijo este miércoles que "cambió Cuba", pero no Estados Unidos, en un discurso pronunciado desde La Habana ante una supuesta "sociedad civil cubana" que no pudo asistir a la Cumbre de las Américas que se celebra esta semana en Los Ángeles.

Washington excluyó a las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua del evento regional por no respetar los derechos humanos y la democracia. "Nos honra encabezar esa lista junto a los líderes de Venezuela y Nicaragua y junto a ustedes, genuinos representantes de nuestro pueblo", dijo al respecto.

Según Díaz-Canel, en 1959 "desapareció para siempre del mapa de la subordinación política con la Revolución" del fallecido dictador Fidel Castro. "Cambió Cuba, cambió Nuestra América, pero el imperio no cambia", agregó.

"¿Cuál es el cambio en Cuba? ¿Poner a un títere como tú en el puesto de presidente mientras la familia Castro y militares allegados siguen llevando las riendas? Ese cambio no te lo crees ni tú mismo, que vives repitiendo que 'Somos Continuidad' porque sabes que pendes de un hilo", respondió en Twitter el periodista José Raúl Gallego.

La activista Saily González Velázquez, invitada a la Cumbre y a la que el régimen le prohibió salir del país, dijo que "Cuba sí que cambió. La sociedad cubana despertó del letargo y se crearon movimientos que desembocaron en un masivo estallido social reprimido con fiereza el 11 de Julio, fiera represión que no ha cesado para neutralizar el deseo de cambio".

Díaz-Canel atacó a la Administración de Joe Biden y dijo que "nada en la historia pasada y reciente de los Estados Unidos, ni en su conducta actual en el hemisferio hace suponer que la democracia o el respeto a los derechos humanos sean prioridades verdaderas de su política exterior regional. Cuando así declaran, actúan con deshonestidad y lo saben".

El también primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), único partido permitido en la Isla, cuestionó "el sistema político estadounidense" porque "permite financiar sin límites las campañas electorales y la gestión de los políticos, comprarlos o lo que es lo mismo: comprar gobernantes".

Además, cuestionó el derecho al voto en EE.UU. cuando ningún cubano pudo votar por él cuando fue impuesto como única opción para "dirigir" Cuba por el dictador Raúl Castro.

"El Gobierno de los Estados Unidos carece de autoridad moral para hablar de democracia cuando no es capaz de defenderla o promoverla en su propio territorio y para sus propios ciudadanos (..) Es difícil ser promotor de los derechos humanos a nombre de un Gobierno que no es capaz de asegurar el derecho a servicios esenciales de salud en el país más rico y poderoso del planeta", dijo.

Como hace habitualmente el régimen de La Habana, Díaz-Canel repasó los problemas en EE.UU. como los tiroteos, el racismo, "el abuso policial y judicial contra los afrodescendientes", entre otros.

Pese a que en Cuba hay menores condenados por las protestas del 11 de julio de 2021, Díaz-Canel habló de los "al menos 60 000 niños y jóvenes menores de 18 años de edad se encuentran encerrados o detenidos en cárceles o centros juveniles de detención en los Estados Unidos".

"Con esta deplorable trayectoria, el Gobierno estadounidense se atreve a alegar que el criterio para invitar y excluir a los países del hemisferio de la reunión cumbre fueron los estándares de democracia y derechos humanos. El pretexto constituye un insulto a la inteligencia y al sentido común de los demás", apuntó Díaz-Canel en su ataque a Estados Unidos.

Díaz-Canel volvió a culpar a EE.UU. del éxodo masivo de cubanos. "El Gobierno estadounidense ha aplicado durante cuatro años una política orientada al estímulo de la emigración irregular", dijo. 

"Como norma, le da entrada a los que por vías irregulares llegan a sus fronteras, los privilegia con la posibilidad de obtener residencia permanente en virtud de fórmulas legales establecidas solo para los cubanos, cerró las vías legales para emigrar y mantiene una política de guerra económica dirigida a deprimir el nivel de vida de la población. Es lo que puede llamarse una receta perfecta para promover la emigración irregular", agregó el dirigente que el 11J llamó al enfrentamiento entre cubanos.

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