En coincidencia con el Día Internacional de los Derechos Humanos, el congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart publicó un artículo en Newsweek —coescrito junto al legislador sueco Markus Wiechel— en el que expone, con tono firme, el extenso historial de vínculos del régimen cubano con organizaciones consideradas terroristas a nivel internacional. Ambos parlamentarios advierten que estas alianzas no solo representan una amenaza para la región, sino también para la estabilidad global.

Los autores subrayan que durante décadas la dictadura cubana ha brindado entrenamiento, armamento y refugio a grupos insurgentes en América Latina. En el texto señalan específicamente el apoyo histórico a las guerrillas colombianas FARC y ELN, catalogadas como organizaciones terroristas por Estados Unidos y la Unión Europea. Además, recalcan que la influencia de La Habana dentro del régimen venezolano ha contribuido a convertir ese país en un “refugio para criminales” y un espacio donde operan agentes cubanos que sostienen al gobierno de Nicolás Maduro.

Díaz-Balart y Wiechel también recuerdan que Cuba ha concedido asilo a fugitivos estadounidenses acusados de delitos graves, permitiendo que permanezcan en la isla sin enfrentar la justicia. Este hecho, afirman, constituye un desafío directo a las leyes estadounidenses y una violación persistente de acuerdos internacionales de cooperación.

Uno de los señalamientos más contundentes del artículo se refiere a la participación indirecta —y posiblemente directa— del régimen de La Habana en la guerra de Rusia contra Ucrania. Según estimaciones citadas por los legisladores, hasta 20.000 cubanos podrían estar integrados en las filas rusas, una cifra que, aseguran, no sería posible sin el beneplácito del gobierno cubano. Aunque las autoridades de la isla niegan cualquier vínculo, expertos citados por los parlamentarios sostienen que tal flujo de combatientes no podría ocurrir sin coordinación estatal.

Díaz-Balart destaca que Estados Unidos reconoció estas amenazas cuando reincorporó a Cuba en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, decisión que, según él, responde a hechos verificables y no a motivaciones políticas.

Al concluir el artículo, ambos autores hacen un llamado a la comunidad internacional: “El mundo libre debe decir la verdad sin ambigüedades”, afirman. Insisten en que las democracias deben actuar unidas y mantener una postura firme frente a esta conducta. “El pueblo de Cuba y el de Ucrania merecen nuestro apoyo inquebrantable”, concluyen.

Fuente: Martí Noticias Facebook

Recomendado para ti