Las autoridades rusas han intensificado las deportaciones de migrantes en situación irregular, afectando a ciudadanos de diversas nacionalidades, incluidos cubanos. En la última redada, 17 cubanos fueron detenidos, multados y expulsados del país tras haber excedido el período de estancia permitido. Además, un tribunal ruso les impuso una prohibición de entrada de entre cinco y diez años, endureciendo aún más las restricciones para los extranjeros.

La operación fue realizada en Krymsk, en la región de Krasnodar, donde la Policía llevó a cabo inspecciones para detectar violaciones de la legislación migratoria. Según el medio Prizyv, los detenidos fueron acusados de incumplir el régimen de estancia en Rusia, y uno de ellos enfrenta cargos adicionales por un delito no especificado. Las autoridades también investigan a las personas que habrían facilitado su permanencia en el país.

Este caso no es aislado. En febrero, dos cubanas fueron expulsadas por la fuerza tras ser detenidas en Nizhnevartovsk, a casi 3.000 kilómetros de Moscú. Las medidas forman parte de un nuevo paquete de leyes migratorias implementadas a inicios de 2024, que activistas y defensores de derechos humanos han calificado como “muy peligrosas”, ya que permiten deportaciones exprés y limitan los derechos de los migrantes.

Entre las restricciones impuestas, los trabajadores extranjeros pueden ser incluidos en un “registro de personas controladas”, lo que les impide casarse, viajar dentro de Rusia, conducir, abrir cuentas bancarias o realizar gastos superiores a 30.000 rublos mensuales, dificultando el envío de remesas.

La creciente represión contra los migrantes ocurre en un contexto de aumento de la xenofobia en Rusia. Aunque la economía del país depende de unos 10,5 millones de trabajadores migrantes, los prejuicios contra ellos han ido en ascenso. La tensión se ha intensificado tras el ataque terrorista en la sala de conciertos Crocus City Hall, atribuido a ciudadanos tayikos, lo que desató una ola de redadas policiales y detenciones masivas.

En 2024, Rusia ha deportado a más de 80.000 extranjeros, casi el doble que en 2023, según datos del Servicio Federal de Alguaciles citados por la agencia TASS. A pesar de ello, ni el gobierno ruso ni el cubano han informado la cifra exacta de cubanos en situación irregular o expulsados, manteniendo hermetismo sobre el tema.

El endurecimiento de la política migratoria rusa y la falta de apoyo consular dejan en una situación vulnerable a los cubanos que, en su mayoría, llegaron al país sin necesidad de visa. Ahora, muchos enfrentan la expulsión y la incertidumbre sobre su futuro, mientras que Rusia refuerza sus controles en un clima de discriminación y restricciones cada vez más severas para los migrantes.

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