La página CubanosenelmundoTv, desde Facebook, publicó un video en el cual una joven cubana residente en Estados Unidos relata el choque emocional que vivió al acompañar a su mamá y hermana a unas vacaciones en Punta Cana, República Dominicana, y luego verlas regresar a la realidad cotidiana de Cuba.

La joven explicó que el viaje fue un sueño hecho realidad: su madre y su hermana disfrutaron durante varios días de sol, playa y descanso.

Sin embargo, al emprender el regreso a la isla, el contraste entre las comodidades vividas y las dificultades del día a día en Cuba resultó doloroso: recordaron la escasez eléctrica, la falta de abastecimiento, y un sistema de servicios precario, incluso cuando se envía remesas desde el extranjero.

Este relato coincide con experiencias compartidas por otros cubanos en el exilio.

Otro joven residente en EE. UU.– compartió también su dolorosa experiencia tras llevar a su familia a Punta Cana, expresando: “Estuve una semana en Dominicana con mi familia y volví con el corazón destrozado”.

Ella describió cómo, de regreso a la isla, se encontraron con apagones y la imposibilidad de acceder a productos básicos, a pesar de contar con apoyo económico desde el exterior .

En el video, la protagonista de CubanosenelmundoTv admite que, aunque pudo costear el viaje y enviar apoyo económico, presenciar el contraste fue una experiencia emocionalmente intensa y desgarradora.

El testimonio se convierte en un reflejo de la realidad que enfrentan muchas familias cubanas: la distancia y el esfuerzo económico desde fuera chocan con una infraestructura deteriorada dentro de la isla.

Los reencuentros familiares tras viajes como este suelen viralizarse en redes sociales, pues visibilizan la brecha entre lo que muchos cubanos experimentan fuera y lo que viven dentro. Al mismo tiempo, estos videos generan solidaridad y conversaciones en la comunidad migrante sobre la necesidad de seguimiento y apoyo constante a sus familiares en Cuba.

Aunque la protagonista no ofreció cifras específicas sobre tiempos de escasez o apagones, su testimonio visual y verbal proyecta la dureza de una vida en la isla comparada con la vida en países vecinos como República Dominicana.

El mensaje fue claro: las vacaciones son pasajeras, pero la agobiante realidad cubana persiste.

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