'Culeros impagables y perdidos', denuncian madres cubanas

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 4 de octubre de 2021

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Una madre cubana reclamaba recientemente en redes sociales por lo fuera de su alcance que están los pañales desechables.

Ella que conoce de la escasez generalizada en la isla, ni siquiera pedía que el producto estuviera asequible para todos, sino que el módulo que entregan a las embarazadas en Santiago de Cuba, también fuera para los niños menores de un año.

El artículo es tan difícil de conseguir e impagable, a pesar de que el gobierno cubano ha insistido en que desea mejorar la situación para que aumente la natalidad en el país.

Este es su testimonio:

No estoy en contra de lo que  le ofrecen a las embarazadas porque también fui una de ellas. Pero si van a pensar en vender un módulo con culeros por favor piensen en los niños de 0 a 1 año que ellos si lo necesitan, cómo es posible porque no le entiendo, que le vendan culeros de segunda etapa a las gestantes que aún no han parido y entonces los niños que si los necesitan no tiene la posibilidad de obtenerlos.

 No es posible que uno como madre tenga que comprar los culeros en la calle a $1500 cuándo estos son productos qué no llegan ni a un mes, uno como madre lo compra porque verdaderamente al bebé le hace falta pero no se puede comprar todos los meses ese producto, es tan caro cuando hay más necesidades aún, no entiendo cómo  Santiago de Cuba siempre tiene que ser la provincia que nunca hay nada para los para los niños, cómo mismo le están vendiendo este producto a las embarazadas se lo pueden vender a los niños que sí le hace falta para sus consultas y salidas. Están haciendo las cosas mal y estamos hablando de productos que son para niños no cosas de lujos.


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En mayo de este año, la periodista cubana Liena María Nieves en un artículo sobre la inflación en Cuba denunciaba en cambio, el costo de las canastillas.

De acuerdo con la reportera , en grupos de venta en Facebook, Whatsapp y Telegram, bajo perfiles falsos y también con nombres reales. El módulo completo costaba cerca de 7000 pesos, aunque las mujeres podían elegir qué productos adquirir y cuáles no, en dependencia de sus posibilidades y necesidades reales.

“Aparecieron las propuestas de revendedoras dispuestas a pagar ¡10 000 pesos! por el derecho de compra, a las que se unieron muchas de las propias beneficiarias que, sin pizca de consideración o solidaridad hacia las demás mujeres que quedaron fuera de la distribución del módulo, lo revendieron, pieza a pieza, a cuatro o cinco veces su valor original. Coches en 14 000 pesos, bañaderas en 2500, tres pomos en 600, baberos en 125 cada uno”, reveló.


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