MIAMI - Si alguien aún duda de que los milagros existen, solo tiene que mirar a La Diosa. La icónica cantante cubana, irreverente, potente y sin filtros, ha regresado al escenario con una energía arrolladora, una figura renovada y un brillo que no se apaga. Pero este no es solo un cambio físico: es una historia de valentía, transformación y renacimiento.

Durante décadas, La Diosa luchó en silencio con la obesidad y una relación complicada con la comida. Mientras el público la veía abrirse paso en el mundo de la música, ella cargaba con un peso que iba mucho más allá del físico: fatiga, inseguridades y bullying constante en redes sociales. Hasta que dijo basta.

El punto de inflexión llegó en Miami cuando conoció al Dr. Luciano Fiszer, uno de los cirujanos bariátricos más reconocidos y el aliado secreto de muchas celebridades que deciden transformar su vida.

Y sí, es verdad que La Diosa se hizo una cirugía plástica, pero esta decidió ir más allá: optó por una cirugía bariátrica, un procedimiento que no solo redujo su estómago, sino que le devolvió la salud, la vitalidad… y lo más importante, el amor propio.

Hoy, La Diosa canta sin ahogarse, baila con más fuerza que nunca, y se mueve con una seguridad que enciende cada escenario que pisa. "Ya no tengo miedo, ya no me escondo. Esta soy yo, y me amo como nunca antes", dice en esta entrevista a Cubita Now.

¿El secreto detrás de su transformación? Un médico que va mucho más allá del bisturí.

El Dr. Luciano Fiszer no solo ayuda a perder peso. Él restaura vidas. Con ciencia, empatía, profesionalismo y una sensibilidad única, acompaña a cada paciente en un viaje profundo hacia la sanación física y emocional.

Mientras La Diosa brilla en el escenario, hay una figura tras bambalinas que merece su propio aplauso. El doctor que la ayudó a reencontrarse con ella misma.

Porque esto no es solo una historia de kilos perdidos. Es una historia de poder, de salud y de renacer. ¿Milagro? No. Es medicina con alma.

Recomendado para ti