Un ciudadano cubano identificado como Chamil Machado González fue detenido por oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Los Ángeles, California, tras ser señalado como miembro activo de la pandilla Sureños-13 y poseer un extenso historial criminal. Entre sus condenas se incluyen delitos graves como robo de vehículos, secuestro, amenazas y recepción de propiedad robada, vinculados directamente con la violencia pandillera en Riverside y otras zonas del sur de California.

Las autoridades estadounidenses catalogaron a Machado González como un inmigrante indocumentado considerado peligroso para la seguridad pública. La pandilla Sureños-13, también conocida como Sur-13, es una de las organizaciones criminales más temidas en Estados Unidos, reconocida por su participación en delitos de alto impacto, incluyendo tráfico de drogas, homicidios y secuestros, además de sus vínculos con carteles internacionales.

La presencia de un cubano en estas filas ha despertado alarma en las autoridades sobre la diversidad de nacionalidades involucradas en estas redes criminales.

Aunque ICE prioriza la deportación de individuos con antecedentes penales, el caso de Machado González enfrenta un obstáculo: Cuba suele negarse a recibir a nacionales con condenas en Estados Unidos. Esta negativa complica su expulsión y ha obligado a Washington a considerar la opción de trasladar a detenidos a terceros países, medida que ha generado tensiones diplomáticas y cuestionamientos sobre garantías legales para los implicados.

El arresto se produce en un contexto político delicado en California. El gobernador Gavin Newsom firmó recientemente la “Ley de No a la Policía Secreta”, que limita las protecciones de identidad de los agentes de ICE.

Según la agencia, esta normativa expone a sus oficiales a un riesgo mayor, especialmente considerando que los ataques y agresiones contra ellos se han incrementado en un 1000% en los últimos meses.

ICE asegura que continuará sus operativos contra pandillas como MS-13, Tren de Aragua y Sureños-13, pese a las restricciones legales y políticas.

Este no es un caso aislado. Recientemente, otro cubano, Walter Ramírez, fue detenido en San Diego por delitos graves que incluyen violación y agresión sexual a menores. Estos arrestos reflejan un patrón de individuos con antecedentes penales significativos que representan una amenaza para la seguridad pública y plantean desafíos complejos para la administración estadounidense en materia de inmigración y relaciones diplomáticas con Cuba.

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