Gala fallida del 26 de Julio: pseudocultura oficial, el pueblo sufre apagones, hambre y miseria(video)
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 26 de julio de 2025

Mientras Cuba atraviesa una de las etapas más críticas de su historia reciente —con virus circulando, epidemias mal contenidas, largas jornadas sin electricidad, escasez de agua, de medicamentos, falta de pan, leche y hasta combustible para cocinar—, el Gobierno no detiene su agenda ceremonial.
La noche del 25 de julio, en el Teatro Principal de Ciego de Ávila, la cúpula del poder presidió una gala político-cultural por el aniversario 72 del Asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
El evento, lejos de ser un acto de celebración, terminó convirtiéndose en una postal del colapso.
Al acto asistieron el presidente designado Miguel Díaz-Canel, su esposa Lis Cuesta, el primer ministro Manuel Marrero Cruz y el canciller Bruno Rodríguez Parrilla.

Todos ubicados en asientos preferenciales, aplaudieron desde un entorno cómodo y climatizado mientras millones de cubanos sobrevivían otra noche sin electricidad, sin alimentos y sin expectativas.

La gala, concebida por el oficialismo como homenaje a una de sus fechas fundacionales, resultó fallida en lo técnico y pobre en lo simbólico.
Hubo múltiples fallos de iluminación, problemas de sonido y una puesta en escena criticada incluso por simpatizantes del régimen.
En redes sociales, la crítica Lara Crosf ironizó: “Tate quieto Pepo, las luces y el audio del acto del 26 son continuidad. De la imagen requemada ni hablar.” La frase circuló ampliamente entre usuarios que calificaron la gala como “desconectada” y “burlesca”.
La escritora cubana Maripili del Pino también alzó su voz desde su perfil personal: “Dios misericordioso, apiádate de Cuba. Cuánta mediocridad. La historia de la cultura cubana es alucinante; en el presente nos invade la seudocultura.”
Y agregó más tarde sobre la gala: “Fue un desastre, pero para ellos no hay razón para detenerse. Viven una vida paralela, siguen su curso como si nada pasara en el país.”
Ese contraste entre la opulencia de una minoría política y la desesperación cotidiana de la mayoría fue, para muchos, el verdadero rostro de la noche.
La gala del 26 de Julio quedó retratada no como un acto de conmemoración, sino como otro episodio de la desconexión total entre el poder y su pueblo.
Mientras tanto, en las calles de Cuba no hay luz, no hay pan, no hay leche, no hay agua. Y, como repiten muchos: “ya no hay vida”.