Cubano intenta reunirse con Vladimir Putin en la Plaza Roja y termina internado en un hospital psiquiátrico
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 25 de octubre de 2025
Hay historias que parecen salidas de una película surrealista, pero esta es real. Un ciudadano cubano fue detenido en plena Plaza Roja de Moscú tras intentar reunirse con Vladimir Putin, según informaron medios locales. El hombre, que presuntamente padece una enfermedad mental, fue arrestado por las autoridades rusas y luego hospitalizado.
El incidente ocurrió el jueves 16 de octubre, cuando agentes de seguridad detectaron a un extranjero con comportamiento sospechoso en el corazón de la capital rusa. Al intentar comunicarse con él, los oficiales descubrieron que el hombre solo hablaba español, lo que complicó la interacción inicial.
Ya en la comisaría, con la ayuda de un traductor automático, la policía supo que el cubano aseguraba ser “el rey de varios países” y exigía hablar personalmente con el presidente ruso.
De acuerdo con el portal ruso Mk.ru, los agentes rápidamente concluyeron que el individuo no estaba en plenas facultades mentales, por lo que solicitaron una evaluación médica que derivó en su traslado a un hospital psiquiátrico.
No era la primera vez que el hombre tenía problemas en Rusia. En 2022, había sido procesado por trabajar sin permiso como asistente auxiliar, sancionado con una multa y deportado. Aun así, logró regresar al país, y ahora su historia —entre absurda y trágica— se ha vuelto viral.
Episodios similares no son raros en Moscú: el verano pasado, un pintor ruso también fue internado tras intentar ver a Putin, y en mayo de 2024, otro hombre fue detenido en la Plaza Roja por rezar y hablar con los transeúntes después de la ceremonia de toma de posesión presidencial. Incluso, años atrás, una mujer ucraniana intentó entrar al Kremlin asegurando ser “la esposa de Putin”.
La policía no reveló el nombre ni la edad del cubano, y hasta el momento no se sabe si será deportado nuevamente o permanecerá hospitalizado. Lo curioso es que el suceso coincidió con la presentación de credenciales del nuevo embajador cubano en Rusia, Enrique Horta González, ante el viceministro de Exteriores, Sergei Ryabkov.
El episodio ha generado una ola de comentarios humorísticos en redes sociales, donde muchos usuarios ironizan con que, si el hombre regresa a Cuba, su próximo intento podría ser hablar con Díaz-Canel en la Plaza de la Revolución.
Más allá de la anécdota, la historia deja entrever un trasfondo más profundo: la desesperación, el aislamiento y el desequilibrio emocional que sufren muchos migrantes cubanos en su búsqueda de estabilidad fuera de la Isla. Un relato que oscila entre la comedia absurda y la tristeza de un país que expulsa a sus hijos hacia la incertidumbre.