Una operación federal llevada a cabo en el sur de la Florida ha resultado en el arresto de 27 personas acusadas de formar parte de una red de tráfico de cocaína que operaba entre los condados de Monroe y Miami-Dade. Las detenciones se produjeron tras una serie de redadas coordinadas por el FBI, basadas en una acusación emitida en agosto por un gran jurado federal.

Entre los detenidos se encuentran empleados públicos, operadores de embarcaciones comerciales y personas vinculadas a actividades recreativas en los Cayos de Florida. Uno de los implicados más notorios es John Robert Strama Jr., propietario de un equipo de carreras de lanchas y con antecedentes penales. Strama enfrenta graves cargos por conspiración para distribuir cocaína, utilizar a un menor en actividades de tráfico de drogas y posesión ilegal de armas de fuego, lo que podría llevarlo a una sentencia de cadena perpetua.

Otros detenidos también enfrentan cargos que podrían derivar en sentencias de por vida. Entre ellos se encuentran Daniel Delgado de Miami Springs, Orlando René González de Hialeah, y Pedro Luis Lugo Jr. de Marathon, todos acusados de distribución de grandes cantidades de cocaína en el área.

Según las autoridades, la red de narcotráfico operaba desde al menos 2020, utilizando diferentes puntos de distribución en Monroe y Miami-Dade. Algunas de las operaciones de venta se realizaban cerca de áreas frecuentadas por niños, como parques infantiles en Marathon y Florida City, lo que agrava los cargos contra varios de los acusados.

Además de las detenciones, las autoridades han confiscado una serie de activos vinculados a la red criminal, incluidos inmuebles en los Cayos de Florida, embarcaciones y vehículos de lujo. Entre los bienes incautados destaca una lancha rápida de 39 pies utilizada por los traficantes y varias propiedades en la región de los Cayos.

El caso está siendo investigado por la oficina del FBI en Miami, en colaboración con otras agencias locales y federales, incluyendo la policía de Miami-Dade y Homestead. Las primeras comparecencias de los acusados en los tribunales federales comenzaron el jueves, y se espera que el proceso judicial continúe en las próximas semanas.

Este operativo representa un golpe significativo contra el tráfico de drogas en el sur de Florida, un área que ha sido históricamente utilizada como punto de entrada para sustancias ilícitas en los Estados Unidos. Las autoridades han reiterado su compromiso de seguir desmantelando redes criminales y reforzando la seguridad en la región.

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