'Cuba entre el dolor y la esperanza' Sor Nadieska Almeida
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 9 de julio de 2025

Sor Nadiesla Almeida Miguel, Superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba, es un figura que asume una postura crítica hacia el régimen comunista cubano... Hoy su pensar es más diáfano que nunca cuando expresa, una vez más: ¡ya es suficiente!
"Nuestro mundo asiste desconcertado al espectáculo del sufrimiento humano. Las guerras, los odios enquistados y la ambición de poder han convertido la vida de millones en un campo de ruinas, y no precisamente metafóricas.
"Sin embargo, hay batallas que no ocupan titulares, pero que desgarran con igual crudeza. Desde el silencio impuesto, muchos pueblos también claman, y Cuba, con su historia de privaciones y represión, es uno de esos clamores silenciados.
“Vivir en Cuba se ha vuelto una pesadilla”, ha escrito con dolor, pero sin rencor. No es una afirmación ligera, ni parte de una consigna. Es el testimonio de una mujer que no habla desde la comodidad, sino desde la experiencia cotidiana del abandono, el deterioro social, la represión sistemática.
Ella misma reconoce que, como muchos cubanos, levanta la voz aún sabiendo que “pueda ser molesta y quieran callarla”. En sus palabras se mezclan la indignación y la ternura, el coraje y la fe. Es una súplica que nace del amor a su pueblo, no del odio a nadie.
“No es falta de amor a la patria. Al contrario: quienes han partido, quienes se han quedado, quienes resisten desde el exilio o desde dentro, todos comparten una misma herida. Y esa herida se llama Cuba.
“Somos un pueblo amordazado porque la violencia policial es la respuesta instantánea ante el que se pronuncia”, denuncia con claridad.
Pero su grito no se agota en la denuncia. Ella sabe que la verdad puede doler, puede incomodar, pero también libera. Sabe que, en medio de la precariedad, de los apagones, de las muertes absurdas por incendios o falta de seguridad, de los basureros y la suciedad, lo más grave es que se intente borrar la voz de los que ya no aguantan más. Y sin embargo, aún en ese abismo, Sor Nadieska no pierde su ancla: “mi grito se hace súplica al Dios de la Vida”.
Su mensaje no es político, aunque toque la raíz de una estructura política. Es profundamente humano y espiritual. Ella no pide venganza, sino justicia. No busca dividir, sino reconciliar desde la verdad; Cuba está entre el dolor y la esperanza.
Porque si se pretende “reprimir, difamar, manipular, golpear” como única estrategia para silenciar al diferente, solo se está incubando un futuro más violento, más incierto, más doloroso aún.
Sor Nadieska cree que todavía hay tiempo de cambiar. Y por eso, no se calla. Por eso, invita a otros a no callarse. Porque el silencio que imponen desde arriba, solo se rompe con el eco de muchas voces decididas a decir que Cuba merece algo mejor: ¡merece libertad, dignidad, y paz verdadera!