Cuba en 5 Mundiales: luces individuales en un panorama cada vez más sombrío
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 22 de septiembre de 2025

Apenas en unos días se desarrollaron cinco campeonatos mundiales, con participación cubana, en distintas latitudes: atletismo en Tokio, lucha en Zagreb, boxeo en Liverpool, béisbol sub-18 en Japón y voleibol masculino en Filipinas. El saldo, aunque mostró destellos individuales, confirmó una tendencia que ya no es nueva: los resultados globales del deporte cubano continúan menguando.
En el Mundial de Atletismo de Tokio, la isla firmó su desempeño más sobresaliente: tres medallas, con un oro de Leyanis Pérez en el salto triple y bronces para Silinda Morales en el disco y Lázaro Martínez en el triple masculino. El atletismo mantiene, a pesar de todo, una cantera capaz de producir figuras que irrumpen en la élite y sostienen la bandera en los podios.
Fuera de ese oasis, el panorama fue más discreto. En el Campeonato Mundial de Lucha, la única presea llegó de la mano de Milaimis Marín, bronce en los 76 kg. Los gladiadores cubanos, que han sido habituales ocupantes de podios, hoy se ven obligados a celebrar resultados mínimos, reflejo de una base reducida y de una competencia internacional cada vez más exigente. Aunque el tema de las injusticias en varias peleas fue reportado por más de uno.
El Mundial de Boxeo en Liverpool, tradicional fortín de Cuba, arrojó un dato inquietante: ningún título. Boxeadores de gran experiencia como Julio César La Cruz apenas alcanzaron bronces, al igual que Alejandro Claro y Erislandy Álvarez. La llamada “Escuela Cubana de Boxeo”, orgullo histórico, parece atravesar un ciclo de estancamiento que amenaza su prestigio. Poco volumen de peleas, fue la causa principal que achacó el jefe de la escuadra, a quien quizás la sinceridad le pase factura.
La participación en deportes colectivos tampoco aportó alegrías. En el béisbol sub-18, los juveniles concluyeron en séptima posición con balance de cinco victorias y tres derrotas. No hubo medallas ni sensación de estar en la pugna por el oro, lo que contrasta con la rica tradición del pasatiempo nacional que tuvo un bálsamo en el Panamericano sub 15. En el voleibol masculino, el elenco quedó fuera de los cruces tras un tercer puesto en su grupo; la garra individual no bastó frente a selecciones más organizadas y constantes, incluso con mucho menos rodaje como la de Portugal.
El resumen numérico es elocuente: un solo oro, ninguna plata y cinco bronces en cinco campeonatos. Un total de seis preseas, cifra que en otros tiempos hubiera pertenecido a un solo torneo para Cuba. Los éxitos son, en su mayoría, fruto del talento y la perseverancia de figuras aisladas más que de una estructura sólida que garantice continuidad.
Desde el punto de vista de cada deporte el atletismo, como se dice comunmente, "sacó la cara".
El deporte cubano sigue produciendo atletas capaces de brillar, pero el sistema que los respalda se ve erosionado. Carencias materiales, migración de talentos, preparación limitada y calendarios competitivos insuficientes inciden en la merma. Mientras otros países fortalecen sus programas, Cuba depende cada vez más de la chispa individual y menos de un engranaje colectivo.La actuación en estos cinco mundiales deja unresumen claro: sin una renovación profunda en métodos de trabajo, financiamiento y apoyo integral a sus deportistas, el país corre el riesgo de que esas esporádicas medallas se conviertan en excepción absoluta. Hoy, el brillo de unas pocas estrellas apenas atenúa un panorama que reclama urgentes cambios si se pretende rescatar la tradición competitiva de la isla.