Cuba convertida en un vertedero; niños obligados a estudiar entre montones de desechos en Guanabacoa
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 22 de septiembre de 2025

¡Indignación en Guanabacoa! La denuncia llega directamente desde el perfil de Facebook La Tijera, donde padres de estudiantes de la Escuela Primaria Ángel Hernández Chirino, ubicada en el Reparto Nalón, han alzado su voz ante una situación que parece sacada de una pesadilla, pero que es parte del día a día de los cubanos: un basurero en plena entrada del centro escolar.
Los testimonios son claros. La Dirección Municipal de Educación, el Poder Popular y la empresa de Comunales han sido informados una y otra vez, pero las respuestas oficiales se limitan a la misma letanía de excusas y promesas incumplidas.
Mientras tanto, los niños siguen expuestos a montones de basura, a olores nauseabundos y al riesgo evidente de enfermedades.
Un escenario indigno para cualquier comunidad, pero todavía más vergonzoso cuando se trata de la entrada a una escuela.
El problema no es aislado.
Lo cierto es que Cuba entera se ha convertido en un vertedero a cielo abierto. Basta caminar por cualquier barrio para tropezar con montañas de desechos, calles malolientes y la imagen desoladora de una ciudad que se derrumba entre la indiferencia de quienes deberían garantizar la limpieza.
La pregunta inevitable es: ¿Qué pasó con Comunales?
No hace tanto tiempo, los empleados de esa empresa estatal recorrían las calles con sus carritos, escobas y cestos.
Eran figuras habituales que, a pesar de su humilde labor, mantenían una cierta dignidad en los espacios públicos.
Hoy, sin carritos, sin escobas, y sobre todo, sin vergüenza en los que dirigen, la isla se hunde en un mar de basura.
Los vecinos de Guanabacoa se preguntan si será necesario que ocurra un brote epidémico para que las autoridades despierten de su letargo.
¿Cuántas alertas más serán necesarias? ¿Cuántos niños deberán enfermarse para que alguien asuma responsabilidades?
La entrada de una escuela no debería convertirse jamás en un vertedero.
Pero en la Cuba actual, donde el abandono institucional es la regla y no la excepción, hasta los espacios destinados a la educación de los más pequeños terminan sepultados bajo la suciedad.