Autoridades de la Defensa Civil en Matanzas confirmaron la presencia en el occidente del país de tres cepas altamente contagiosas y de elevado índice de mortalidad. Las variantes sudafricana, californiana y la mutación inicial del Covid son las responsables del pico de contagios que sufre la isla. 

El régimen cubano se ha negado rotundamente a recibir vacunas gratuitas del programa COVAX, con el fin de promover un programa comerciar futuro con los candidatos vacunales que se producen en el país. Mientras tanto el número de contagios detectados la última semana superan los 9 mil. 

Las probabilidades de que la presencia de estas cepas en el territorio nacional disminuya la capacidad de inmunización de las futuras vacunas producidas en Cuba, son muy altas. 

Un estudio realizado por la Universidad Ben-Gurión del Néguev, en Israel, descubrió que personas vacunadas con las vacunas de Pfizer de los Estados Unidos, BioNTech de Alemania y AstraZeneca de Gran Bretaña no están completamente cubiertos a los efectos de las nuevas mutaciones del virus. 

La cepa sudafricana genera mayor resistencia que otras. Según los reportes de los funcionarios gubernamentales cubanos, esta variante podría estar entre las principales causas de la pérdida del control sobre la enfermedad en el país. 

A pesar del aumento de la vulnerabilidad de los grupos de riesgo, el gobierno no optará por vacunas probadas para frenar la ola de contagios y muertes que asola al país. De continuar el actual estado de cosas, para el momento en que lleguen las aprobaciones de los candidatos vacunales, un elevado número de cubanos habrán arriesgado sus vidas, esperando que las vacunas cubanas tengan mejor respuesta que las vacunas de potencias farmacéuticas. 

Los cubanos no tienen más muro de contención en este momento, que las medidas de aislamiento y restricciones de movilidad. La segunda ola en Cuba demuestra que el desprecio a los protocolos sanitarios solo provoca crisis en el sistema de salud con el respectivo costo humano.

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