Cuando el éxito no borra la gratitud: Daysbel Hernández y José Manuel Cortina. De Atlanta a Pinar
Redacción de CubitaNOW ~ martes 21 de octubre de 2025

En la mañana de un día cualquiera (hoy), José Manuel Cortina recibió un mensaje que lo llenó de emoción. Era de Daysbel Hernández, aquel muchacho sencillo al que ayudó hace años a recuperar su brazo, cuando aún soñaba con abrirse camino en el béisbol profesional. “¿Dónde estás para pasar a saludarte?”, le escribió el lanzador. Cortina, sin pensarlo dos veces, respondió: “En el estadio, trabajando con Frank Abel y Orisbel Borge”. Minutos después, ahí llegó Daysbel, con la misma humildad de siempre.
El encuentro fue un abrazo entre el pasado y el presente. Un gesto breve, pero cargado de significado. Hernández saludó a todos, habló de sus experiencias con los Bravos de Atlanta y, sobre todo, mostró que el éxito no le ha cambiado la esencia. Para Cortina, aquel momento fue una recompensa emocional, un recordatorio del porqué dedica su vida a formar peloteros y, sobre todo, a recuperarlos cuando otros ya no creen.
“Ver al mismo muchacho sencillo, humilde, que hoy es lanzador en Atlanta, me llena de orgullo”, escribió Cortina. “Gracias, campeón, por ese gesto”.
La historia de Daysbel Hernández está marcada por la disciplina, la fe y el acompañamiento de maestros como Cortina. Cuando las lesiones amenazaban con cortar su carrera, fue bajo la guía del veterano entrenador que aprendió a escuchar su cuerpo, a reconstruir su mecánica y, sobre todo, a no rendirse. Años después, el destino los volvió a reunir, pero esta vez con Daysbel convertido en figura del béisbol profesional.
Más allá del rendimiento en el montículo, lo que emocionó a Cortina fue el reconocimiento. En un mundo donde muchos olvidan sus raíces al alcanzar la cima, el lanzador de Atlanta regresó al punto de partida para decir gracias. Y ese agradecimiento, sincero y espontáneo, dice más que cualquier trofeo.
En el gesto de Daysbel Hernández se encierra una verdad que Cortina conoce bien: los grandes campeones no solo se miden por su brazo, sino por su corazón.