Cuando el poder teme al cambio: razón del por qué el modelo cubano nunca funcionará
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 20 de junio de 2025

Una vez más, el gobierno cubano lanza al ruedo un nuevo intento de rediseño económico bajo el rimbombante nombre de "proceso de corrección de distorsiones y reimpulso de la economía". Sin embargo, este esfuerzo, como los anteriores, está marcado por una característica fatal: su inevitable fracaso.
Como bien expone Librado Labrada, destacado disidente, ex preso político y activista por la democracia: "el problema no es la falta de diagnósticos ni de propuestas, sino la imposibilidad del sistema de asumir transformaciones reales que impliquen renunciar a los pilares autoritarios sobre los que se sostiene"
Desde 2011, con los llamados “Lineamientos”, hasta la fracasada “Tarea Ordenamiento” de 2021, Cuba ha estado atrapada en un ciclo de reformas que no reforman, de anuncios sin consecuencias reales, y de modelos que no logran ni crecer ni sostenerse.
“Cada plan es una reiteración del anterior con nombres nuevos, sin voluntad de ceder poder, sin espacio para la autonomía productiva y con un diseño que penaliza la eficiencia”.
La planificación centralizada, sumada al férreo control del Partido Comunista, convierte cualquier intento de cambio en una máscara que oculta el inmovilismo.
En este entorno, el talento huye y la mediocridad asciende. No se trata solo de economía, sino de cultura política: un sistema donde no se premia el mérito, sino la obediencia; donde la innovación es sospechosa y la iniciativa privada, tolerada solo si no desafía al poder. El resultado es un ecosistema económico que opera por reflejo defensivo: controlar antes que crecer, resistir antes que modernizar.
“La élite dirigente no teme al colapso económico; teme a perder el control político”. Por eso, incluso los supuestos avances hacia un modelo más mixto carecen de instrumentos legales duraderos, seguridad jurídica o mecanismos reales de participación ciudadana.
Todo se reduce a medidas de corto plazo que buscan contener la crisis sin desmontar sus causas estructurales: la ausencia de propiedad privada real, la represión institucional del disenso y la desconexión absoluta con las dinámicas globales.
Mientras tanto, la economía cubana se cierra cada vez más sobre sí misma, anclada en alianzas políticas con regímenes autoritarios y en un discurso soberanista que sirve solo para justificar el aislamiento.
No se trata de corregir distorsiones: se trata de transformar el modelo que las produce. Y ese paso, el más necesario, es también el que el régimen se niega a dar.
Fuente: Librado Linares