Cuando el hambre silencia los cantos: pitirre abejero vendido a 400 pesos la libra
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 2 de octubre de 2025

La crisis alimentaria en Cuba alcanza un nivel tan doloroso como simbólico: el pitirre abejero, un ave migratoria que cada año visita la Isla, ha dejado de ser parte del paisaje natural para convertirse en comida de subsistencia.
En el oriente del país, su carne se vende en el mercado negro a 400 pesos la libra, algo menos que un dólar en el cambio informal. Lo que antes era un pájaro que alegraba los campos con su canto, hoy se convierte en la última alternativa de familias acorraladas por el hambre.
El Food Monitor Program (FMP) denunció que esta práctica, aunque desesperada, representa un serio riesgo ecológico. El pitirre abejero no es solo un ave: es un controlador natural de insectos, esencial para mantener el equilibrio de los ecosistemas. Su captura indiscriminada podría dejar un vacío irreversible en la naturaleza cubana.
Armados con rifles de aire comprimido o escopetas, muchos han encontrado en estas aves una “solución” inmediata al vacío de sus mesas. Pero detrás de cada libra de pitirre vendida se esconde una historia de miseria, de niños que no cenan, de ancianos que dependen de un poco de proteína para sobrevivir, y de un pueblo al que la crisis ha empujado a prácticas que recuerdan más a tiempos primitivos que a la realidad del siglo XXI.
La paradoja es brutal: mientras se depredan especies como el pitirre, la jutía, las iguanas y hasta los cangrejos de río, la población pierde no solo alimento sino también su entorno natural, devastado por la caza y la tala indiscriminada para cocinar en medio de apagones de hasta 20 horas diarias.
“El hambre en Cuba no solo destruye vidas, también destruye la naturaleza”, alertó el FMP, que pidió a las autoridades soluciones reales y sostenibles, sin criminalizar a quienes cazan por necesidad, pero sí implementando medidas que devuelvan a los cubanos el derecho básico a comer dignamente.
Hoy el pitirre abejero se ha convertido en un triste símbolo: un ave que migra para dar vida a los ecosistemas, pero que en Cuba termina en la olla de quienes ya no tienen otra opción. Un reflejo crudo de un país donde la supervivencia se impone al canto de la naturaleza.