Una grave amenaza ha surgido desde Irán contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Un influyente clérigo iraní, Mansour Emami, ha ofrecido públicamente una recompensa para quien asesine al mandatario, sumándose así a una peligrosa campaña de incitación al magnicidio.

En un video difundido por medios internacionales, Emami exhorta directamente a eliminar a Trump, ofreciendo una recompensa explícita a quien “traiga su cabeza”. Esta declaración, que ha generado preocupación a nivel global, fue acompañada por mensajes del grupo extremista iraní autodenominado Pacto de Sangre, el cual asegura haber recaudado más de 40 millones de dólares para quien logre ejecutar el atentado.

El sitio web de este movimiento exhibía un cartel con la imagen de Trump bajo una mira telescópica, junto a un llamado a realizar donaciones “para ayudar a establecer una paz estable”. Según reportes de la organización independiente MEMRI (Middle East Media Research Institute), el cartel incluía un versículo del Corán que promueve el sacrificio de bienes y vidas en nombre de Alá, lo cual fue interpretado como un llamado directo a la yihad.

“Este tipo de retórica otorga una legitimidad religiosa al asesinato, utilizando textos sagrados para justificar un acto criminal y terrorista”, advirtió MEMRI.

Aunque no es la primera vez que funcionarios o grupos iraníes han amenazado a Trump —especialmente tras el asesinato del general Qasem Soleimani en enero de 2020, en una operación ordenada por el entonces presidente estadounidense—, el hecho de ofrecer una recompensa millonaria representa una escalada peligrosa.

Las autoridades estadounidenses no han emitido un comunicado oficial sobre esta nueva amenaza, pero fuentes de inteligencia han confirmado que tanto el Servicio Secreto como otras agencias mantienen medidas reforzadas de seguridad en torno al presidente.

La campaña del Pacto de Sangre también ha reavivado el debate sobre el uso de plataformas digitales por parte de grupos extremistas para financiar y promover acciones violentas. La página web del grupo fue reportada por organizaciones de vigilancia, y aunque ha sido desactivada en algunas regiones, continúa accesible a través de redes cifradas.

Expertos en terrorismo internacional consideran que esta amenaza no solo pone en riesgo la seguridad de Trump, sino que también busca provocar inestabilidad en la política estadounidense y en las ya tensas relaciones entre Washington y Teherán.

“Cuando se emiten amenazas de este tipo con respaldo económico y justificación religiosa, estamos frente a una combinación explosiva que puede alentar a individuos radicalizados a actuar por cuenta propia”, afirmó un analista de seguridad del Consejo Atlántico.

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