El brutal asesinato ocurrido en octubre en la barriada del Café Colón, en el municipio 10 de Octubre, La Habana, parece finalmente esclarecido. Según reportó la página de Facebook “Nio Reportando un Crimen”, las autoridades capturaron a los tres presuntos implicados en la muerte de Andrés Agustín Cancañón Álvarez, conocido como “Papito”, cuyo cuerpo fue hallado días después dentro de un refrigerador en su vivienda.

El crimen, que conmocionó profundamente a la comunidad, salió a la luz cuando familiares y vecinos notaron la desaparición de Agustín. Tras varios días sin noticias, su cadáver fue encontrado oculto en el interior del refrigerador de su casa en Finca Barrosa No. 18, cerca de la Línea del Ferrocarril. La manera en que se procedió a esconder el cuerpo indicaba una clara intención de retrasar el hallazgo, ganar tiempo para la fuga de los responsables y posiblemente saquear pertenencias del fallecido.

De acuerdo con la información divulgada los detenidos serían Alexander Valdez, Dario Gómez y una mujer que habría actuado como cómplice directa. La identidad de esta última aún está en proceso de verificación, pero fuentes cercanas al caso aseguran que se trata de la esposa de uno de los implicados y hermana de otro. Esta versión coincide con los testimonios de la comunidad y con las imágenes compartidas en redes sociales.

Vecinos del Café Colón y personas cercanas a la víctima señalaron que el motivo del crimen sería una deuda económica. Según estas versiones, Agustín habría prestado una suma de dinero a uno de los detenidos. Ante la imposibilidad de pagar, el implicado habría decidido atacar a la víctima para evitar el cobro, dando lugar a un asesinato que sorprendió incluso a quienes estaban acostumbrados al aumento de la violencia en la zona.

Tras el crimen, el cuerpo fue ocultado dentro del refrigerador de la vivienda, en una escena que muchos describen como “inhumana y estremecedora”. El ocultamiento, además de buscar retrasar la investigación, permitió que los implicados tomaran pertenencias de la casa antes de desaparecer temporalmente del barrio.

El asesinato de “Papito” no solo ha generado indignación, sino también un profundo temor entre los residentes del Café Colón, quienes denuncian un ambiente de inseguridad creciente. En los últimos meses, la zona ha registrado un aumento de robos, agresiones y actividades delictivas, mientras la población señala la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades.

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