El humorista cubano Mario Sardiñas, célebre por su personaje Chequera, volvió a arrancar carcajadas y reflexiones en redes sociales con una de sus sátiras más actuales y punzantes, centrada en la subida del dólar y el euro frente al debilitado peso cubano.

En un video publicado recientemente, Chequera se muestra “seriamente preocupado” por el “estado de salud” de tres viejos conocidos: Ulises Sánchez Domínguez (USD), María Luisa Carrasco (MLC) y Eulogio Urbano Rodríguez (el euro). Con su inconfundible estilo campechano, soltó entre risas:

“Farándula, estoy preocupado con el estado de salud del compañerito Ulises Sánchez Domínguez, alias USD. En dos días ha aumentado ocho libras. Ya está pesando 468. ¡Uli, pipo, tú no puedes hacer lo mismo que María Luisa Carrasco, MLC! Esa muchacha ha hecho tremenda dieta, ya está pesando 200 libras. Cuídate, Uli, cuídate, que te queremos.”

Pero la broma no se detuvo ahí. El comediante continuó su “diagnóstico financiero” con el euro:

“De Eulogio Urbano Rodríguez, el compañerito euro, ni me hables. Ese sí está desbocado y le está metiendo duro al carbohidrato, tiene los triglicéridos disparados. Está pesando ya 525 libras. No se cuida, no se cuida.”

Y, como no podía faltar, también se refirió al peso cubano, encarnado en su amigo Manuel Navarro (MN):

“El que sí está muy mal de los nervios es mi amigo del alma Manuel Navarro. Imagínate tú, trabajando para toda esa gente. No tiene vida, está fundido, está fundido.”

Con su característico humor criollo, Chequera logró transformar el complejo panorama económico de la Isla en una metáfora llena de ingenio, donde las monedas “engordan” al ritmo de la inflación y el peso cubano “adelgaza” sin remedio.

Según la tasa de cambio informal publicada por elTOQUE el 17 de octubre, el dólar estadounidense se cotiza a 468 CUP, el euro a 525 CUP y el MLC a 200 CUP. Es decir, los “personajes” de Chequera están más “pesados” que nunca, mientras el peso cubano sigue en “dieta forzada y sin vitaminas”.

Con esta nueva entrega, Mario Sardiñas vuelve a demostrar que, incluso en medio de la crisis, reírse sigue siendo uno de los pocos lujos que el cubano aún puede permitirse. Su humor, afilado pero empático, confirma que la risa continúa siendo una forma de resistencia frente a la adversidad.

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