La precaria situación sanitaria en Cuba sigue agravándose, con un incremento de enfermedades y condiciones insalubres que afectan a la población. El doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, advirtió en la televisión cubana sobre el deterioro en la recogida de desechos y la falta de condiciones higiénicas, factores que elevan el riesgo epidemiológico en el país.

Uno de los aspectos más alarmantes señalados por el especialista es el aumento de personas que buscan comida en los basureros. "Cada vez son más las personas que tú encuentras buceando dentro de los tanques de basura, y esto crea un desorden", afirmó Durán. Este fenómeno, consecuencia directa de la crisis económica y la escasez de alimentos, expone a miles de cubanos a enfermedades infecciosas y problemas de salud derivados del contacto con desechos contaminados.

Además, la proliferación de vertederos improvisados en calles y barrios ha convertido a muchas zonas del país en focos de insalubridad, donde proliferan ratas, mosquitos y otras plagas que propagan enfermedades como el dengue y la leptospirosis.

A pesar de la grave situación, Durán trató de mantener un discurso optimista respecto a las enfermedades en el país. Informó que actualmente hay transmisión de dengue en tres provincias, cuatro municipios y cuatro áreas de salud, con más de 2,500 personas ingresadas por sospecha de la enfermedad. No obstante, aseguró que "no tenemos ningún caso grave ni crítico".

Sin embargo, la realidad en los hospitales cubanos desmiente este panorama oficialista. La falta de medicamentos, el deterioro de la infraestructura hospitalaria y la escasez de personal médico han convertido la atención sanitaria en un calvario para los enfermos. Denuncias en redes sociales evidencian las deplorables condiciones de los centros de salud, donde los pacientes deben llevar desde sábanas hasta jeringuillas para ser atendidos.

El director de Epidemiología también mencionó el virus oropouche, aunque evitó alarmar sobre su posible propagación en la isla. A pesar de sus declaraciones, la combinación de un sistema de salud en crisis, la insalubridad en las calles y la creciente pobreza dejan a los cubanos en una situación de vulnerabilidad extrema.

Mientras las autoridades minimizan la gravedad de la crisis sanitaria, la realidad en las calles muestra un panorama cada vez más desolador. La escasez de alimentos, la proliferación de basureros y la falta de recursos médicos hacen que la salud en Cuba sea un lujo al que pocos pueden acceder.

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