El domingo 6 de octubre de 2024, Fernando Eloy González Herrera, un preso político del 11 de julio, se comunicó con la organización FANTU (Frente Antitotalitario Unido) para informar sobre su próxima intervención quirúrgica por cáncer de lengua en el Hospital de Oncología de Camagüey. González Herrera también mencionó que, tras la cirugía, comenzará el tratamiento de quimioterapia. El detenido es uno de los manifestantes pacíficos durante las protestas del 11 de julio en la provincia de Ciego de Ávila y fue condenado a nueve años de prisión. Ha estado encarcelado en la prisión de Canaleta, donde contrajo un carcinoma y permaneció sin tratamiento durante nueve meses, según sus declaraciones.

Adriano Castañeda, quien publicó la noticia en su perfil de Facebook, expresó sus deseos de recuperación y protección divina para González Herrera. Este caso puede ser interpretado como un claro ejemplo de negligencia y falta de humanidad por parte del sistema penitenciario cubano. La falta de tratamiento durante nueve meses constituye una violación flagrante de los derechos humanos. La negación de atención médica adecuada a los presos políticos puede ser vista como una forma de castigo adicional y una violación del derecho a la salud.

Este caso resalta las condiciones deficientes en las prisiones cubanas, especialmente para aquellos encarcelados por razones políticas. Se enfatiza así en la necesidad de reformas en el sistema penitenciario y garantizar condiciones humanas y dignas para todos los reclusos.

Amén de esto, la sentencia de nueve años para un manifestante pacífico es solamente la respuesta de un gobierno con miedo, un intento de la dictadura de maniatar futuras protestas y sofocar la disidencia. 

Internacionalmente, la situación de González Herrera atrae la atención de la comunidad cubana y de otros países donde los derechos humanos se respetan. La solidaridad que despierta mantiene la moral y la visibilidad de los presos políticos y sus causas.

Los nueve años encarcelado tras una manifestación pacífica y los nueve meses sin ser atendido de un cáncer muestran la inhumanidad de un régimen impúdico y las deficiencias de su sistema penitenciario; la represión política y la necesidad de reformas urgentes y apoyo internacional para mejorar la situación de los derechos humanos en Cuba.

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