El deterioro del sistema de salud cubano, que durante décadas fue presentado como una “potencia médica mundial”, ha quedado nuevamente al descubierto con una publicación viral en Facebook del perfil “Díaz-Canel Sin Gao”, donde se denuncia el colapso total del Hospital Nacional.

En el cuerpo de guardia, según las imágenes y testimonios compartidos, no hay personal médico disponible, mientras la sala principal está abarrotada de enfermos con fiebre alta, virus y dolores intensos.

Testigos relataron escenas dramáticas: una mujer sangrando en una camilla sin recibir atención, otra gritando de dolor en una silla y una madre desesperada suplicando por ayuda para su hija con fiebre altísima. Todo esto en un hospital sin sueros, sin inyecciones y con el personal médico ausente o desmotivado.

Los comentarios en la publicación reflejan la indignación y desesperanza del pueblo. “Mi país, mi amado pueblo cubano, Dios tenga misericordia”, escribió Mariennis Martínez, mientras Margarita Martínez ironizó: “Y como dice vuestro presidente… ¡Y vamos por más!”. Otros usuarios, como Regla Castañedo Herrera, fueron más contundentes: “Estamos peor que Gaza”.

Las denuncias se multiplican en otras provincias. Isabel Sotés, desde Cienfuegos, asegura que “los médicos están jugando o perdidos, no hacen su trabajo”. Yanet Valdés Martínez, que estuvo en el hospital hace dos días, confirma que “no hay camas, las esperas son interminables y el deterioro es visible”.

Varios pacientes prefieren no acudir a los hospitales por miedo a contagiarse o por la falta de recursos. “Estoy con el virus y no voy al hospital, gracias a Dios me estoy recuperando en casa”, comentó Noelia Barzaga.

A esto se suman testimonios sobre el abandono del personal médico. Una usuaria relató que su madre llegó con la presión en 220 y nadie la atendió; otra denunció que una enfermera “se fue a su casa porque tenía fiesta”.

Las plegarias abundan entre los comentarios: “Señor, en tus manos pongo al pueblo de Cuba”, “Dios ponga su mano”, “Esto se salió de control”. El sentimiento común es de dolor, impotencia y fe ante una crisis sanitaria que refleja la profunda decadencia del país.

“Esto ya se salió de control, es una pena todo”, escribió una usuaria, mientras otra concluyó con resignación: “Esto se llama continuidad”.

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