El escritor y periodista cubano Carlos Alberto Montaner eligió la muerte asistida. En un artículo póstumo publicado esta semana por varias agencias de prensa, el intelectual detalló el proceso.

"Cuando usted lea este artículo yo estaré muerto", inicia el artículo que, según dice, comenzó a escribir en Miami en 2022 y debió concluirlo dictándolo porque su enfermedad ya le impedía hacerlo de otro modo.

"En ese momento, antes de que se me informara de un diagnóstico más severo, llegué a la conclusión de que no permitiría que el Parkinson que padecía desde hacía unos años me arrebatara más facultades. Para entonces, ya me había quitado la capacidad de improvisar oralmente, pero no la de escribir", explica.

"El propósito de este artículo es estimular el debate sobre la eutanasia: mi posición es apoyarla siempre que sea una elección voluntaria. De la misma manera que se donan los órganos en vida, creo que bastaría consignarlo por escrito o designar a una persona para que tome las decisiones en caso de que sea materialmente imposible asumir esa responsabilidad. Así fue cómo, al llegar a Madrid en octubre del año pasado, entregué en la Sanidad Pública el documento en el que se establecen los cuidados y tratamientos de salud en situaciones extremas. Gracias al asesoramiento desde el principio de la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) he podido, con el respaldo incondicional de mis seres queridos, superar todos los pasos burocráticos que exige una ley garantista", detalló Montaner.

Al escritor cubano le aprobaron finalmente "la prestación de ayuda para morir" porque cumplía "todos los requisitos de padecimiento grave, crónico e imposibilitante".

Montaner padecía una parálisis Supranuclear Progresiva (PSP), un Párkinson atípico y más agresivo. "Mi vida diaria, en la que la lectura, la escritura y la expresión oral han sido mis señas de identidad, se borran de un día para otro. Desde hace mucho mi cuerpo tampoco me acompaña".

"Cumplo mi deseo de morir en Madrid, la ciudad que amo y en la que he compartido tanto junto a Linda, mi adorada mujer en las duras y en las maduras. Lo hago gozando todavía de la capacidad de expresar mi voluntad de ejercer mi derecho a finalizar mi vida de una forma libre y digna de acuerdo a mis creencias. No le doy más la lata, querido lector. Adiós", concluyó.

Recomendado para ti