La policía austríaca frustró un atentado terrorista planeado contra los conciertos de Taylor Swift en Viena, programados del 8 al 10 de agosto, al arrestar a dos presuntos terroristas que estaban preparando ataques en estos eventos y otros en la ciudad. Franz Ruf, director general de Seguridad Pública de Austria, confirmó las detenciones en una conferencia de prensa.

Uno de los sospechosos, un joven austríaco de 19 años, fue capturado en la localidad de Ternitz, a 65 kilómetros de Viena. Según las autoridades, el joven se había radicalizado en línea y había jurado lealtad al Estado Islámico (EI) en julio. En su residencia, la policía encontró sustancias químicas que aún están siendo analizadas, lo que sugiere la seriedad de los preparativos para el ataque.

El segundo sospechoso fue detenido en Viena, aunque los detalles sobre su identidad y su implicación exacta no fueron revelados. Las autoridades indicaron que los arrestos evitaron un atentado inminente, destacando la importancia de la cooperación y vigilancia constante para prevenir el terrorismo en Europa.

La policía detectó preparativos específicos para los conciertos de Taylor Swift, lo que llevó al refuerzo inmediato de las medidas de seguridad en Viena. Se desplegarán unidades especiales, incluidas fuerzas encubiertas, unidades caninas y la intervención de la unidad antiterrorista Cobra, para garantizar la seguridad de los asistentes. Estos conciertos, que se espera atraigan a unas 65,000 personas por día, se llevarán a cabo en el estadio Ernst-Happel, con controles de acceso y seguridad intensificados.

La seguridad en Europa ha estado en alerta máxima en los últimos años debido a una serie de atentados terroristas. El incidente en Viena recuerda el atentado de noviembre de 2020, donde cuatro personas murieron, y subraya la constante amenaza que enfrenta el continente. La policía de Viena ha asegurado que, aunque la amenaza ha sido contenida, seguirán tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los eventos.

Este caso pone de relieve la continua presencia de radicalización en Europa y la necesidad de estar vigilantes ante posibles amenazas terroristas. La operación en Ternitz, que incluyó la evacuación de una residencia de ancianos y controles en las carreteras, es un ejemplo de la respuesta rápida y efectiva de las autoridades a posibles ataques. A pesar de la captura de los sospechosos, la preocupación por la seguridad en eventos de gran escala sigue siendo alta, lo que refleja un entorno de creciente inseguridad en Europa.

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