El poblado del Cobre, en Santiago de Cuba, ha quedado prácticamente arrasado tras el paso del huracán Melisa, un fenómeno meteorológico de fuerza inusitada que golpeó durante la noche con una intensidad “nunca antes vista”, según el testimonio del párroco del Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad del Cobre.

“Bueno, ha sido una noche de mucha tensión, de mucho dolor, de mucha preocupación. El huracán Melisa azotó el poblado del Cobre con una fuerza increíble nunca antes vista. Dicen nuestros mayores acá en el Cobre que nunca habían visto algo así”, relató el sacerdote en declaraciones difundidas este jueves.

El religioso describió la situación como devastadora: “Ha devastado literalmente el poblado del Cobre. En el santuario, en la casa de nuestra madre, aunque habíamos previsto unas protecciones fuertes a los vitrales, que revisamos una por una, estamos hablando de unas estructuras de aluminio fuertes con tornillos bien empotrados en la pared. Bueno, este huracán ha tumbado estructuras de mampostería de la pared. Prácticamente ha rasgado el santuario.”

Pese a los graves daños materiales, el párroco destacó que la prioridad ha sido preservar la vida humana. “Hasta ahora solamente es un conocimiento de una sola pérdida de vida humana de un señor mayor. Estamos por recibir más informaciones del poblado”, explicó.

Desde el santuario, que se encuentra en una elevación, el sacerdote pudo observar el panorama desolador: “Se divisa el poblado y está devastado. Prácticamente nada más quedaron las casas que tienen techo de mampostería. La gente lo ha perdido prácticamente todo.”

El párroco hizo un llamado urgente a la solidaridad nacional e internacional: “Convoco a todos nuestros amigos de iglesias hermanas, a organizaciones, a grupos, cofradías, diócesis y congregaciones, ONG, que dirijan su mirada hacia el oriente cubano en este momento, porque ya es un momento muy duro.”

También explicó que se ha activado el mecanismo de Cáritas parroquial para brindar alimentos a los damnificados, aunque las condiciones son precarias: “Seguimos sin electricidad. Todo el cableado ha ido al piso. Es una situación muy difícil.”

Finalmente, el párroco pidió voluntarios para la reconstrucción: “Nos harían falta grupos que vinieran a ayudarnos a restaurar casas, a restaurar el santuario de diferentes provincias. Sería muy bueno. Seguimos orando mucho, que estamos ahí en los pies de la Virgen, y por favor, hazte eco de esta situación que estamos viviendo acá.”

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