Las autoridades canadienses deportaron recientemente a un ciudadano cubano identificado como Alexander Cárdenas, quien intentó ingresar ilegalmente al país desde Estados Unidos a través del puente ferroviario de Fort Erie, en Ontario.

El hecho ocurrió el pasado 13 de abril de 2025, cuando tres migrantes extranjeros, presuntamente cubanos, intentaron cruzar la frontera de forma ilegal. Uno fue detenido de inmediato, mientras que los otros dos lograron escapar temporalmente. Cárdenas consiguió abordar un vehículo que lo esperaba en el lado canadiense, conducido por su esposa, Yenny Justo. En su huida, casi atropellan a varios oficiales de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP), lo que agravó la situación.

Ambos se entregaron a las autoridades el 23 de abril. Posteriormente, Cárdenas fue trasladado al puerto de entrada Peace Bridge, donde fue evaluado por la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA), que determinó que no cumplía con los requisitos para ingresar al país. Fue inmediatamente deportado a Estados Unidos.

Yenny Justo, quien presuntamente también es cubana, fue arrestada y enfrenta múltiples cargos, entre ellos conducción peligrosa, conspiración y omisión de informes, conforme al Código Penal y la Ley de Aduanas de Canadá. Actualmente, permanece bajo custodia a la espera de una audiencia de fianza en el tribunal de St. Catharines.

En los últimos meses, varios migrantes han sido interceptados al intentar ingresar a Canadá por esta vía. Tras ser procesados bajo la Ley de Protección de Refugiados e Inmigración, todos han sido devueltos a territorio estadounidense.

La creciente tendencia de migrantes que intentan llegar a Canadá desde Estados Unidos responde, en parte, al endurecimiento de las políticas migratorias implementadas por la administración de Donald Trump, que ha revocado beneficios como el estatus de protección temporal y ampliado los procesos de deportación. Ante este panorama, muchos migrantes optan por cruzar hacia Canadá en busca de asilo o mejores oportunidades, aunque las autoridades canadienses han dejado claro que también mantienen una postura estricta en cuanto al cumplimiento de la ley.

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