Se estima que al menos unas 500 niñas menores de 15 años terminan embarazadas cada año en la provincia de Camagüey, una región en el centro oriente de Cuba, según reveló la prensa local recientemente.

Según la publicación de El Nuevo Herald, “el 30 por ciento de los abortos practicados en Camagüey son a adolescentes y el índice de interrupciones de embarazo se sitúa en 102 por cada 100 partos. El gobierno cubano no ofrece cifras sobre violaciones a menores y en el reportaje no se indica si parte de esos abortos obedece a ese motivo”.

“Los embarazos precoces constituyen hoy un problema de salud. Emocionalmente, estas niñas enfrentan una situación que supera su edad, además de la inmadurez anatómica y psicológica propia de la etapa”, comentó Daymí Saavedra Moredo, ginecobstetra del hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña.

La nota refiere, además, que “a los 12 años las niñas camagüeyanas empiezan a estar “en riesgo reproductivo” y una de cada cinco embarazadas son adolescentes entre los 12 y los 19 años. En cuanto a los abortos, se comportan de manera similar al número de embarazos en este grupo etáreo”.

“Hasta el cierre de abril registramos 291 partos en menores de 20 años, el 16,7 por ciento del total; el año anterior era 17,4 por ciento, pero tenemos que mirar hacia la interrupción de embarazo, la otra cara de la moneda. De 1,596 interrupciones, 435 fueron en adolescentes (casi el 30 por ciento) expuestas a daños irreversibles al utilizar el aborto como medio anticonceptivo”, argumentó Sigfrido Valdés Dacal, director del hospital materno infantil Ana Betancourt, en esa provincia.

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